El aumento de la deuda, la pérdida de lectores y la falta de un modelo que haga viable las ediciones digitales son algunos de los problemas a los que se enfrenta la industria de la prensa. No es de extrañar que ante este panorama los editores de todo el mundo se hayan lanzado con ímpetu sobre el juguete de Apple, el iPad, que ha sido recibido por el sector como la tabla de salvación de sus negocios. Mientras que el nuevo gadget puede ser un magnífico invento en el campo tecnológico, lo cierto es que queda por ver si lo será también en el ámbito del periodismo como algunos han pronosticado.
Después del recibimiento de la tableta, que según Follow The Media, ha sido mucho menos entusiasta que el del mercado americano -que ha vivido una auténtica locura con la llegada del juguete de Steve Jobs-, algunos editores europeos empiezan a dudar de las ventajas que el iPad puede tener para la prensa. Es el caso, por ejemplo, de Michael Ringier, jefe del mayor grupo de Suiza, que dice ver el iPad como un gadget y no como el sanador de todos los males, ya que, a su juicio, «sólo el periodismo puede salvar a los periódicos».
A este cierto escepticismo se suma el hecho de que el iPad se tendrá que enfrentar a una mayor competencia en el futuro, puesto que otras compañías como Microsoft y Google ya han mostrado su intención de lanzar tabletas por un menor coste a editores y consumidores. El Kindle de Amazon, por el momento, sigue resistiendo el empuje. Precisamente el alto coste que tiene el iPad podría ser una de las razones que llevaría a muchos editores a tomar distancia y no comprometerse con el dispositivo de Apple.
No obstante, no todas las publicaciones europeas muestran sus reticencias hacia la tableta. En esta corriente se sitúan aquellos que ven en el iPad una gran promesa para la industria. Aquí se sitúa Mathias Döpfner, el presidente de Axel Springer, quien ha manifestado recientemente que «el iPad es lo que todos estábamos esperando», asegurando que es un dispositivo ideal para distribuir la información de una manera «más emocional». En cualquier caso, y aunque los números iniciales sobre el iPad son impresionantes, la industria de la prensa debe tener cuidado a la hora de depositar toda su confianza en esta tableta y, en consecuencia, debe buscar otros caminos contar su historias.
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