El Senado de Estados Unidos sancionó la mayor reforma al sistema bancario en 70 años, con lo que se cumple uno de los objetivos del presidente Barack Obama.
La legislación fue aprobada por 59 votos a favor y 39 en contra.En una semana de intensas negociaciones con la oposición republicana, los demócratas lograron destrabar la discusión de la ley, que pasa ahora a fundirse con la versión aprobada por la Cámara de Representantes antes de llegar a la firma presidencial.
Con la nueva legislación se espera poder evitar los problemas de supervisión que en 2008 casi causaron un colapso generalizado del sistema bancario.
Victoria para Obama
Con la reforma de las leyes del sector financiero el presidente Barack Obama se anota otro punto. Éste es el segundo éxito legislativo que tiene en su casi año y medio de mandato.El primero fue la aprobación de la reforma del sistema de salud. Ambas han sido políticamente agotadoras para el presidente, quien ha tenido dificultades para que algunos dentro del Partido Demócrata sigan la línea que ha querido trazar la Casa Blanca.
Con la reforma se introducen cambios en la supervisión del mercado hipotecario y de valores, de las firmas financieras y de las tarjetas de crédito, reforzando el papel contralor de las agencias estatales.
La reforma autoriza a las agencias reguladoras a intervenir y desmantelar a grandes entidades para evitar quiebras desordenadas como la del banco de inversión Lehman Brothers, que estuvo a punto de hundir al sistema financiero mundial a fines de 2008.
Además, se crea una oficina de protección al consumidor dentro de la Reserva Federal, uno de los aspectos más criticados por los republicanos.
Luchas del ciudadano común
A diferencia de lo sucedido con la reforma de salud, la ley financiera fue diseñada casi enteramente en la Casa Blanca y los congresistas sólo introdujeron cambios menores.Tanto en lo bancario como lo sanitario, Obama ha querido promoverlas como luchas del ciudadano común contra los grandes intereses empresariales. En cambio, los republicanos las han presentado como avances de un estado hipertrofiado que quiere dominar todos los sectores de la economía estadounidense.
Según la Casa Blanca, la reforma va a beneficiar a las personas que envían remesas al extranjero porque, por primera vez, regulará el trabajo de las oficinas que trabajan en el sector y las forzará a aclarar a los clientes los costos por el envío de dinero.
Así los que mandan dinero a sus familias sabrán cuánto le llegará a sus parientes, algo que actualmente no tienen manera de calcularse por las tarifas que les cobran tanto en el sitio de origen como en el de llegada.
Aunque las remesas no suelen superar los US$300 por envío, se trata de un negocio que sólo en el caso de México, principal destino de los envíos, supera los US$23.000 millones.
Mensaje a Wall Street
El senador demócrata Harry Reid, jefe de la bancada, destacó que la votación "fue una decisión entre aprender de los errores del pasado, o permitir que ocurrieran nuevamente" y que llevará "a un abrupto final" a los banqueros del país."El proyecto de ley que aprobamos hoy contiene un mensaje para Wall Street y para el estadounidense común y corriente. A los banqueros de Wall Street les deja claro que no podrán volver a apostar con el dinero de otros. Les dice que los días en las empresas que eran ‘demasiado grandes para permitir que colapsen’ se acabaron", explicó.
Por su parte, a las familias de clase media "este proyecto de ley les dice que ya no tienen por qué temer que sus ahorros, su jubilación o su vivienda quede a merced de los tahúres en los grandes bancos. Este proyecto de ley les dice a esas familias que nunca más se les pedirá que rescaten a los bancos cuando pierdan en sus arriesgados juegos de azar".
No hay comentarios:
Publicar un comentario