Fuente: Canarias7.
Todo empezó en 1974, cuando Frank Drake y Carl Sagan emitieron unmensaje de 2minutos en dirección al grupo de estrellas M13 desde un radio telescopio en Arecibo (Puerto Rico), con la idea de obtener algún tipo de respuesta. El acto fue puramente simbólico, ya que M13 está a 25.000 años luz y la respuesta no se daría hasta dentro de 50.000 años.
Así se ponía enmarcha la fórmula para determinar el número de civilizaciones inteligentes que podían existir en nuestra galaxia. Desde entonces, el radio telescopio de Arecibo capta señales de radio procedente del universo dentro del proyecto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence). Si se encuentra un patrón regular en las señales recibidas tendríamos una posible prueba de que alguien envía información intencionadamente.
La Universidad de Berkeley es la encargada de procesar las señales que llegan a Arecibo y se encarga de distribuirla entre colaboradores voluntarios de todo el mundo que ceden sus ordenadores personales para analizarlas. Es el programa SETI@home que cuenta conmás de 5millones de voluntarios en 200 países.
Procesar señales en busca deinteligencia extraterrestre es fácil, sólo hace falta un ordenador personal y conexión a Internet. A través de la página web del proyecto, www.setiathome.com, hay que descargar un programa e instalarlo en el ordenador, siguiendo sus instrucciones.
Dicho programa, que tiene la apariencia de un salvapantallas, recoge las unidades de trabajo (Work Units), los paquetes de señales recibidas, las trata en los tiempos en que el procesador del ordenador no está utilizando recursos y devuelve los resultados a la Universidad de Berkeley. Todo ocurre sin que el usuario se dé cuenta de nada.
Hasta la fecha no se ha encontrado ningún patrón de señal que dé que pensar que existe algún tipo de mensaje extraterrestre. Sólo se reconoce la señal «Wow!» como mensaje recibido con un posible origen extraterrestre.
En agosto de 1977, el telescopio Big Ear captaba una señal con una intensidad 30 veces mayor al ruido normal durante 72 segundos. La emisión provenía de la zona oeste de la constelación de Sagitario y se registró en la computadora del observatorio en el papel continuo según el protocolo establecido. Días despu és, Jerry R. Ehman, un profesor que trabajaba de voluntario en el proyecto SETI, descubrió la anomalía y apuntó a bolígrafo la exclamación «Wow!» al lado. De ahí su nombre. En la actualidad aún se investiga su origen.
Y si Ehman descubrió esta señal, ¿quién le dice a usted que su ordenador no pueda ser uno de los que interprete otra señal de vida extraterrestre?
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