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Publico.
Laura es una cinéfila. Casi todas las noches disfruta de una película y, como parte del ritual, acompaña el visionado con palomitas y una lata de cerveza o vaso de vino. Y de postre, un poco de chocolate. Además de adquirir una vasta cultura cinematográfica, los hábitos de Laura, según varios estudios científicos, podrían alargarle la vida. O acortársela radicalmente, según otros.
El efecto sobre la salud de los alimentos es objeto de numerosos estudios, muchos de ellos aparentemente contradictorios. Las palomitas de maíz, por ejemplo, han sido demonizadas desde que en 1994 se hizo público un informe que comparaba su consumo con la ingesta de comida basura. Sin embargo, un nuevo estudio descubre ahora que el maíz es el cereal que mayor contenido de polifenoles tiene en los granos secos usados para elaborar el aperitivo.
Estos polifenoles son antioxidantes naturales responsables de la buena fama de la que ahora gozan el vino y el chocolate, dos alimentos tradicionalmente considerados perjudiciales. El consumo excesivo de ambos es muy perjudicial; el alcohol provoca enfermedades hepáticas y coronarias, y las grasas del chocolate pueden producir obesidad. Sin embargo, existe un consenso sobre los efectos beneficiosos para la salud derivados de un consumo moderado de estos alimentos.
El caso del vino es especial, pues reúne los efectos positivos de los antioxidantes de la uva con las bondades del consumo regular de pequeñas cantidades de alcohol. Un reciente estudio sugiere, sin embargo, que en las mujeres todo consumo que no sea esporádico podría incrementar el riesgo de varios tipos de cáncer.
Al final, resumen los expertos, el equilibrio depende del consumo moderado.
Vino
A favor. ¿Bueno para todo?
Ramón Estruch, médico experto en los efectos cardiovasculares del vino, enumera sus cualidades: reduce el colesterol, mejora la circulación, previene infartos, es bueno para la memoria, atrasa la demencia y el alzhéimer, reduce los riesgos de padecer varios tipos de cáncer y retrasa el envejecimiento, además de proteger al estómago de úlceras, y evitar los resfriados y la gripe. Su opinión la avalan “multitud de estudios epidemiológicos” que otorgan todas estas virtudes al vino, que llega a parecer la panacea universal. Las bondades del caldo, dice, “se deben en parte al consumo moderado de alcohol, pero también a los polifenoles”, compuestos químicos antioxidantes presentes en las uvas, pero también en el café, el chocolate y los cereales.
En contra. El veneno está en la dosis
Aunque Estruch no duda en alabar las bondades de su consumo, se muestra igual de enfático para recalcar que los beneficios se asocian sólo al consumo de “un máximo de una o dos copas al día”, ya que, a partir de este límite, el alcohol se vuelve altamente contraproducente.
Cerveza
A favor. Retrasa la osteoporosis
Además de los beneficios derivados del consumo moderado de alcohol y de los polifenoles también presentes en los granos de los cereales a partir de los que se elabora la cerveza, varios estudios recientes concluyen que también es buena para los huesos. Los altos niveles de silicio que contiene la bebida retardan su descalcificación. Esto, unido al efecto de los fitoestrógenos, beneficiaría a las mujeres en la menopausia, más afectadas por la osteoporosis.
En contra. Riesgo de cáncer en mujeres
Sin embargo, no todos los estudios son favorables. Una investigación llevada a cabo con más de un millón de mujeres encontró que el consumo de alcohol –incluso leve o moderado– está asociado al menos al 13% de los cánceres de mama, hígado, recto y tracto aerodigestivo superior. Y el riesgo aumenta a medida que se incrementa el consumo de alcohol, ya sea en licores, vino o cerveza. Los expertos advierten de que este reciente trabajo es el único que ha observado este efecto y que contradice lo observado en otros anteriores, por lo que hay que esperar a futuros estudios.
Chocolate
A favor. ‘Cacao maravillao’
Ramón Aranceta, presidente de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, explica que el chocolate puro “tiene una elevada cantidad de polifenoles, lo que le confiere propiedades beneficiosas similares a las del vino”, y añade que “los ácidos grasos del cacao no son aterogénicos”. Así, el consumo diario de “entre 5 y 10 gramos” (una o dos onzas pequeñas) de chocolate negro sería bueno para rebajar la tensión sanguínea y el colesterol ‘malo’, y reducir el riesgo de padecer infartos de corazón.
En contra. negro, por favor
Todos los efectos positivos del chocolate desaparecen al añadirle leche. No sólo disminuye el porcentaje de cacao (Aranceta recomienda que sea del 70% como mínimo), sino que, al añadirse grasas de origen animal, aumentan el colesterol y el riesgo de ateroesclerosis e infarto. Negro, con leche o blanco, todos son alimentos de alto contenido energético, por lo que Aranceta recuerda que un elevado consumo frecuente puede conducir a un aumento de peso y obesidad, por lo que “es importante una dieta equilibrada en su conjunto”.
Palomitas
A favor. Más polifenoles
Un reciente estudio, presentado en el congreso de la Sociedad Americana de Química, ha encontrado que las palomitas de maíz contienen una cantidad “sorprendentemente alta” de polifenoles, responsables de las saludables virtudes del vino. Para Joe Vinson, autor del estudio, las palomitas son “una comida sana”.
En contra. Aditivos
Esta opinión contrasta con un informe sobre el contenido en grasa de las palomitas dispensadas en los cines estadounidenses, cuyos resultados ponen los pelos de punta: una ración mediana tiene más grasa que un desayuno de huevos con beicon, una hamburguesa Big Mac con sus patatas fritas para comer y un filetón para la cena. Todo junto. Si el apetito del cinéfilo es mayor, una ración grande es equivalente a seis Big Macs, el doble que una ración pequeña. O, lo que es lo mismo, tres veces (o sólo vez y media) el consumo diario recomendado. El malo de la película en este caso es el aceite de coco usado para elaborar las palomitas.
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