Los mundos virtuales no son sino sueños de suplantación de personalidad. ¿Quién más preparado para transformarse en alguien distinto que un niño? Los chavales aprenden pronto a conectarse a la Red, y en ella pueden jugar a convertirse en pingüinos incansables, en piratas del Caribe, en héroes de Disney o en Pocoyó. En España todavía no hay comunidades muy desarrolladas: las web de las cadenas infantiles tienen algunos servicios, pero no las posibilidades de los universos interactivos. Boombang (www.boombang.tv), con dos millones de usuarios, es la que está funcionado mejor, pero está más implantada en Latinoamérica. En agosto abrió web en español la líder internacional del sector, Club Penguin (www.clubpenguin.com/es).
En general, las redes sociales infantiles suelen plasmarse en mundos virtuales en los que los chavales se encarnan en diversos personajes. Para los próximos meses se espera que Zinkia, la empresa de Pocoyó, lance su propio rincón interactivo. Según José María Castillejo, presidente de la empresa, "queremos ofrecer actualizaciones mensuales, de absoluta confianza para los padres y divertidos para los niños, en la línea de nuestros dibujos".
Entre los 10 primeros mundos virtuales, según los datos de la web especializada GigaOM, se encuentran dos dedicados exclusivamente al público infantil. En cuarta posición está Club Penguin, que tiene cuatro millones de usuarios activos, y en la quinta está Webkinz (www.webkinz.com), con medio millón menos. Es un mercado en crecimiento y con un público potencial de 20 millones de usuarios para 2011, según la consultora Emarketer.
Por el momento, esas cifras corresponden en su gran mayoría al ámbito anglosajón, pero las adaptaciones en castellano han dado comienzo con la apertura en agosto del Club Penguin español. La página internacional, creada por un grupo de padres informáticos en Canadá en 2003, fue adquirida por Disney tres años después por 238 millones de euros. Es posible acceder a ella de manera gratuita y disfrutar de unos servicios básicos o contratar una suscripción adicional de 4,95 euros al mes.
¿Y qué puede encontrarse en ella? Juegos, posibilidades de contacto entre los chavales que asumen diferentes personalidades diseñadas por ellos mismos, concursos, regalos virtuales y ocasionalmente reales... y seguridad. En el panorama internacional, hay dos tipos de comunidades infantiles. Por un lado, las de cuidado de mascotas (como Webkinz o Moshi Monsters); y por otro, las creadas en torno a personajes de dibujos animados, como Toomtown (de Disney) o la anunciada por Warner para sus Looney Tunes.
Para apuntarse es necesario el permiso paterno y los responsables de la web la patrullan continuamente para garantizar que no haya intrusos no deseados. Aunque la ONU estima que hay unos 750.000 pederastas en Internet, las normas de estas páginas son muy estrictas para evitar cualquier maniobra de grooming, es decir, el acoso para conseguir datos o imágenes de menores.
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