Los gatos tienen fama de manipuladores y quien haya cuidado uno sabe lo difícil que es ignorar sus peticiones. Según un artículo publicado esta semana en Current Biology, el sonido emitido por un gato cuando reclama comida a su dueño, una especie de ronroneo mezclado con un elemento de alta frecuencia típico de un maullido, produce en los humanos una desagradable sensación de urgencia.
Los investigadores grabaron los ronroneos de 10 gatos y se los dieron a escuchar a los 50 voluntarios que participaron en el estudio. Estos encontraron que los emitidos cuando el animal pedía su ración diaria de comida eran menos agradables y transmitían mayor sensación de urgencia.
Aquellas personas que habían tenido un gato como mascota se mostraron más sensibles a las diferencias, lo que revela un entrenamiento de los humanos con los sonidos felinos. Por otro lado, los gatos que no son alimentados regularmente por una misma persona no producen este sonido.
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