El fontanero Mario es como las estrellas de Hollywood: gana con la edad. Como prueba, Super Mario Galaxy, el último videojuego de una saga que comenzó como tal en 1983 y que se convirtió en buque insignia de Nintendo.
La última aventura del Mario y su hermano Luigi, especialmente diseñado para la Nintendo Wii, consiguió ayer otro reconocimiento, el Bafta al mejor videojuego del año, galardón que concede la industria británica del videojuego desde 1998. En el camino, el fontanero italiano dejó títulos de una relevancia y una calidad envidiables: Call of Duty 4: Modern Warfare, Fable 2, Fallout 3, Grand Theft Auto IV o Rock Band.
Eso fue lo que decidió la industria británica del videojuego, ya que el voto popular recaló en Call of Duty 4, un típico shooter que hace las delicias de los amantes de las consolas de última generación. La franquicia de Infinity Ward se llevó también el Bafta a la mejor historia y personaje, así como a la jugabilidad.
El gran derrotado de la noche fue, curiosamente, el juego que más copias ha vendido, al menos en Reino Unido. Grand Theft Auto IV se volvió a casa sin lograr un solo premio.
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