Conmoción en el mercado de divisas. Geithner admitió el miércoles que el Gobierno de EEUU está "muy abierto" a estudiar la propuesta monetaria elaborada por China y Rusia, de cara a la reunión del G20 en Londres en el próximo 2 de abril. Moscú y Pekín apoyan por reformar el actual sistema monetario internacional mediante la creación de una nueva "super divisa" de reserva en sustitución del dólar, tal y como avanzó LD.
Para ello, ambos gobiernos proponen adoptar una moneda global, compuesta por una cesta de divisas administrada por el Fondo Monetario Internacional, con respaldo en activos reales. La mera posibilidad de que EEUU se haya planteado esta opción provocó el hundimiento del dólar, que cayó a plomo frente al euro, el yen y la libra esterlina. Un auténtico terremoto en el ámbito de las geo-finanzas mundiales, según expresó David Bloom, jefe de divisas del banco HSBC.
Tras las declaraciones del secretario del Tesoro, el dólar cayó un 1,3% respecto al euro, aunque luego se recuperó ante la rectificación de Geithner. El dólar se debilitó el miércoles frente al euro y al yen entre datos positivos del mercado inmobiliario y de pedidos de bienes a las empresas de Estados Unidos, que favorecieron que la bolsa de Wall Street cerrase en positivo. Al concluir la sesión en el mercado bursátil, por un euro se pagaban 1,3597 dólares, frente a los 1,3451 dólares del martes. Para comprar un dólar se necesitan hoy 0,7355 euros, comparado con los 0,7434 euros de la sesión anterior. Respecto de la divisa japonesa, la moneda estadounidense se cambiaba a 97,42 yenes, desde los 97,78 yenes del día anterior.
Geithner rectificó poco después, al afirmar que el dólar seguirá "siendo la moneda de reserva dominante en el mundo... durante un largo período de tiempo". Lo relevante, sin embargo, es que el Gobierno de EEUU, simplemente, se haya planteado en serio la propuesta de China y Rusia.
Horas antes, el presidente de EEUU, Barack Obama, explicó en una conferencia que no existía ninguna amenaza contra el monopolio que ostenta el dólar como moneda de reserva y referencia del sistema monetario internacional. "No creo que exista necesidad de una moneda global", ya que los inversores siguen confiando en la fortaleza de la economía estadounidense, explicó.
Sin embargo, la reacción del mercado de divisas, recogida por Telegraph o Financial Times muestra la debilidad a la que se enfrenta el billete verde después de que la Reserva Federal de EEUU (FED) haya multiplicado su balance con el fin de rescatar de la quiebra al sistema financiero del país.
Los bancos centrales imprimen billetes
De hecho, la Fed comenzó el miércoles la impresión de billetes ex novo (sin respaldo alguno) para adquirir deuda pública y corporativa. La Fed inició la compra de bonos de largo plazo emitidos por el Tesoro de EEUU, en un programa que podría ascender a 300.000 millones de dólares para reducir los costos del crédito.
Es la primera vez que la Reserva emplea esa herramienta desde la década de 1960, y con este paso anunciado la semana pasada, EEUU se suma a los bancos centrales del Reino Unido y Japón en compras extraordinarias de deuda gubernamental. De hecho, ni siquiera el Banco central Europeo (BCE) descarta acudir a este tipo de herramientas "no convencionales".
La primera operación apunta a los bonos que maduran entre febrero de 2016 y febrero de 2019. En los próximos ocho días la Reserva empezará la compra de bonos con maduración entre marzo de 2011 y febrero de 2039. La compra de bonos es parte de un uso de instrumentos monetarios y financieros, que incluye la compra de hasta 1,45 billones de dólares en hipotecas fallidas, para rebajar las tasas de interés sobre los préstamos para la compra de vivienda.
Temor entre los inversores
La medida propuesta por China y Rusia, que cuenta además con el apoyo de distintos países asiáticos y latinoamericanos consiste en crear una divisa de reserva internacional que no dependa de la emisión de un determinado país, como sucede hasta el momento con el dólar estadounidense. Una de las opciones que se barajan es hacer uso de los Derechos Especiales de Giro (SDR, sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI) como divisa de reserva supranacional.
El problema es que, en la actualidad, el 65% de las reservas de divisas del mundo están nominadas en dólares. Sin embargo, el peso del billete verde en la cesta de SDR tan sólo se eleva al 42%, con lo que la super divisa favorecería al euro, la libra y al yen. El temor de los inversores a las medidas extraordinarias de compra de deuda pública aplicadas por la Fed, sumado a la amenaza real de que China reduzca sus adquisición de bonos del Tesoro de EEUU acrecienta el pánico a un futuro desplome del dólar.
Rogoff defiende una divisa mundial alternativa
En este sentido, Kenneth Rogoff, ex economista jefe del FMI, afirma que no es ninguna coincidencia que China, Rusia y otros países se estén poniendo nerviosos. "Se están dando cuenta de que las letras del Tesoro (de EEUU) que tienen tal vez valgan mucho menos dentro de 5 ó 10 años. Podría haber inflación", alerta. Por ello, "creo que China y Rusia están empezando a reconsiderar si debería haber una moneda de reserva internacional dirigida por alguna organización como el Fondo Monetario Internacional."
China obtiene enormes reserves en dólares cada año con sus exportaciones, y ha vinculado su moneda al dólar de EEUU". Así, si el dólar empieza a ser rechazada como moneda internacional, los ingresos de las exportaciones chinas podrían "comenzar a sufrir".
Asimismo, Brad Setser, del think thank Council on Foreign Relations, uno de los más influyentes de EEUU advierte del importante papel que juega China como el mayor acreedor de la economía estadounidense. En este sentido, parece que el régimen de Pakín empieza a pensar "más como acreedor (de EEUU) y menos como exportador". Además, otros países tienen también razones importantes para abrazar la idea de una nueva divisa de reserva internacional. Y es que, gracias al dólar, que sirve de moneda refugio, el Gobierno estadounidense puede pedir prestado cientos de miles de millones de dólares al resto del mundo a bajos tipos de interés, y así financiar su elavado endeudamiento y gasto público. Sin duda, una gran ventaja para EEUU, explica Setser.
De hecho, hasta la comisión de expertos sobre la Reforma Financiera de la ONU ha emitido un informe en el que defiende, precisamente, una nueva unidad monetaria de reserva sobre la base de una cesta de monedas nacionales, tal y como adelantó Libertad Digital.
Rogoff, actualmente profesor de la Universidad de Harvard, defiende la idea. El objetivo sería crear una nueva moneda de reserva en la que puedan invertir los distintos países si así lo desean. Es decir, una alternativa monetaria más que una mera sustitución del billete verde. "No me sorprendería en absoluto que el G20, al menos, a largo plazo, tome en serio" esta cuestión.
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