Fuente: Clarin.
Google se divierte a lo grande. Es lo que puede pensar cualquiera que visite sus oficinas de Puerto Madero con pelotas de colores y mesas de ping pong. Y también quien conozca el acuerdo propuesto ante el juicio millonario entablado en 2005 en EE.UU. por la digitalización de millones de libros con derechos vigentes sin permiso. Con este acuerdo aprovechan para cerrar contratos y comercializar on line los libros digitalizados. Este paso pone a Google en abierta competencia con Amazon, por más que Rodrigo Velloso, director regional del buscador, sostenga que sus negocios son diferentes. "Google invertirá 120 millones de dólares para crear un book register, un procesador de derechos autorales", anuncia. Esta fuerte inversión no se usará sólo para indemnizar sino que convertirá a Google en el dueño de una base de datos inédita que usará para poner en marcha una gigantesca librería virtual.
"Quienes firmen el acuerdo autorizan a Google a vender el acceso on line a la totalidad del libro. El 63% de lo que se cobre por esa visualización on line se pagará al titular de los derechos", asegura Velloso, que pone el foco sobre los libros descatalogados, agotados, que de esta manera podrán generar ingresos a sus autores. "Estamos creando un mercado para estos libros que están en un limbo virtual, nuestra propuesta es complementaria de la impresión bajo demanda", afirma. De todas maneras, la iniciativa de Google prepara el terreno para la comercialización de e-books, estén o no disponibles comercialmente, a partir de permisos de las editoriales, como también especifica el acuerdo. La reciente cesión de 500.000 libros del dominio público para leer en el Sony reader muestra el poder que el catálogo de libros digitalizados otorga al buscador. La biblioteca virtual de Amazon tiene 230.000, aunque todos son novedades.
En lugar de resolver la disputa legal acerca de si la digitalización y exhibición de los libros por parte de Google es permisible según la ley de Estados Unidos como "uso justo", las partes negociaron un acuerdo que no implica un pronunciamiento judicial. Los escritores, editores y agentes que quieran acceder al cobro de US$ 60 por cada obra digitalizada renuncian al reclamo en la Justicia y pueden, además, aceptar convertirse en "socios" de Google autorizando la venta on line de sus libros. Quienes elijan esta opción, tienen tiempo hasta mayo de 2010 para completar un formulario on line (www.googlebooksettlement.com). Para los que resisten el embate del buscador, en cambio, los tiempos son más cortos: deben enviar su solicitud antes del 5 de mayo de 2009 y excluirse del acuerdo.
Sólo cuatro autores argentinos están encaminando su reclamo a Google a través de la Cámara de Derechos Reprográficos (CADRA), mientras que en España 4.000 autores piden indemnización a través de su equivalente CEDRO.
"Proveemos un servicio gratuito a los editores y traemos contenido a la red, lo que resulta en más búsquedas de Google y más publicidad", responde Velloso, que lleva adelante un programa de "afiliación" de editoriales (algunas grandes como Norma, Siglo XXI o Ediciones B y otras más pequeñas como Biblos y Del Zorzal). Desde ya que ese programa es la antesala de una relación comercial, un paso más en la batalla por el dominio del mercado de los e-book.
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