Microsoft se enfrenta a la pérdida de cuota de ‘Internet Explorer’ en un momento en el que estos programas cobran peso y se convierten en la ventana de trabajo principal de los usuarios. ‘Firefox’ y ‘Chrome’ son dos de las alternativas al líder.
Hace cuatro años, un desconocido zorro de fuego irrumpía en Internet. Después de años de hegemonía de Microsoft con su Internet Explorer, por primera vez había un navegador que hacía frente al gigante de Redmond. En pocos meses, Firefox logró un 5% del mercado, algo impensable desde que Microsoft había barrido del mapa al Navigator de Netscape. Lo que empezó siendo un producto conocido por unos pocos iniciados en la comunidad de software libre, se fue extendiendo entre los usuarios.
Hoy, el navegador desarrollado por Mozilla sigue ganando adeptos. El contador del número de descargas sigue corriendo. En julio, Firefox logró que en 24 horas se contabilizaran más de ocho millones de descargas de su última versión. Firefox 3. Y, mes a mes, sigue robando cuota al líder, Explorer.
Si hace cuatro años Microsoft tenía el 90% del mercado, ahora su cuota se sitúa por debajo del 70%. Según datos de Net Applications, en diciembre, la participación de Explorer cayó hasta situarse en el 68,15%. En el último año, el navegador de Microsoft ha perdido 8 puntos de cuota de mercado, mientras que Firefox ha ganado 4,5 hasta situarse en diciembre en el 21,34%. En tercera posición se encuentra Safari, la apuesta de Apple, con un 7,93%.
La pérdida de cuota es un problema para Microsoft en un momento en el que el navegador gana peso en la nueva era de servicios Internet, en detrimento de los sistemas operativos. Ya no es simplemente el software que nos permite navegar por páginas web. El usuario enciende el ordenador y lo primero que hace es abrir el navegador porque es la puerta de entrada a todas las aplicaciones que cuelgan en lo que se ha bautizado como la nube de Internet: el correo electrónico gratuito, el procesador de texto online, los agregadores de noticias, la red social dónde están los amigos, el álbum de fotos y un largo etcétera.Protagonismo
“El que muchas aplicaciones se estén usando en la modalidad de software como servicio web, impulsadas principalmente por Google, ha otorgado más protagonismo al navegador web, que cada vez más es el centro del sistema operativo que ve el usuario final”, explica Álvaro Ibañez, uno de los autores del blog de divulgación tecnológica Microsiervos, quien considera que el navegador web se está convirtiendo en “la ventana de trabajo principal”.
De ahí la relevancia de la nueva guerra de navegadores. Una batalla que tuvo el mérito de reabrir Firefox y que se ha visto agudizada con la llegada en septiembre de Chrome, el navegador de Google. En diciembre, la compañía anunciaba que el producto, que contaba entonces con diez millones de usuarios, abandonaba ya su fase de prueba tras introducir mejoras, como una mayor estabilidad del navegador, más velocidad de navegación y descargas y un mayor control en la administración de marcadores. Según las estadísticas de Net Applications, Chrome ha logrado un 1% del mercado en estos meses.
Pero si Firefox tuvo el mérito de devolver la competencia al mundo de los navegadores, Google ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que estos programas se conviertan en la piedra angular de la experiencia informática de los usuarios. Chrome es mucho más que un navegador. Enrique Dans cree que, con Chrome Google, ha iniciado la guerra de los navegadores como sistema operativo, lo que supone una amenaza para Microsoft.
Sistema operativo
En este entorno de la informática en la nube, en el que el navegador gana puntos, el sistema operativo pierde protagonismo. “En equipos como los netbooks, el sistema operativo debe ser algo ligero porque el programa fundamental es el navegador. Y lo que la gente pide es que el navegador ofrezca las mayores funcionalidades posibles”, incide Enrique Dans. Este experto considera que no sería descabellado que los dispositivos tipo netbooks utilicen en un futuro como sistema operativo Android, la propuesta de Google para móviles con Chrome como navegador.
Por eso, ahora es fundamental que los navegadores tengan un rendimiento óptimo y que respeten los estándares, algo que incumplió Microsoft con el Internet Explorer 6 y que ha intentado solucionar con la versión 8, que ahora está en fase beta.
Más allá del rendimiento, estabilidad o funciones de cada navegador, también es importante contar con una comunidad detrás de desarrolladores creando extensiones que lo enriquezcan. Aquí, Firefox, como proyecto de la comunidad de software libre, lleva una gran ventaja. Chrome también se ha creado con esta filosofía, pero Microsoft lo tiene más difícil, en opinión de Dans.
“Firefox es la mejor opción hoy en día, es el más probado y avanzado de los tres, tiene una seguridad excelente y gracias a una gran labor de todos los webmasters prácticamente todas las páginas funcionan hoy en día con él. No tiene ningún problema significativo”, opina Álvaro Ibañez.
Ventajas de ‘Chrome’
Google también ha cosechado buenas críticas con Chrome, del que los expertos destacan su rendimiento, su eficiencia y algunas innovaciones. Así, gracias a su integración con Google Gears, permite trabajar offline con aplicaciones que normalmente sólo se pueden utilizar con conexión a Internet. Otra de sus ventajas es que independiza los procesos, por lo que ante cualquier fallo se cierra sólo la pestaña con problemas, pero no se cae todo el navegador.
Mientras, Microsoft considera normal perder cuota en un mercado cada vez más competitivo. “Los usuarios seguirán eligiendo Internet Explorer 8 por la forma en que nuestro navegador pone a su disposición los servicios de forma fácil y accesible. Lo que le diferencia del resto es lo bien que permite a los usuarios controlar sus datos personales online”, defiende Verónica Olocco, directora de la división Windows Client.
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