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2007/07/06

La venganza de Prince: regalará su nuevo disco

Prince mola. Molaba incluso cuando era un holograma y tal, sigue molando hoy y atención que puede molar más en breve, si de verdad abandona la música como ha insinuado para dedicar su vida íntegramente a estudiar la Biblia (se ha hecho testigo de Jehová: ¡mola!). Pero justo estos días vuelve a molar, y mucho también, en su faceta 'tocahuevos'.

¿Que la industria le hizo la vida imposible durante los 90? ¿Que le impedían editar todo lo que quería? ¿Qué querían controlar a qué hora llegaba a casa y con quien salía (es metafórico)? Pues el tipo, pequeñito pero matón (no levanta más que José María García, con quien guarda ineludibles concomitancias), peleó, tuvo paciencia, se liberó y ya hay 'vendetta': su nuevo álbum, 'Planet earth', será gratis. Al menos en el Reino Unido. Se repartirá junto con el 'Mail On Sunday' (dos millones de tirada) el domingo 15 de julio, y se regalará un ejemplar a cada asistente a sus conciertos de agosto en Londres. Se trata de la primera estrellona que lo hace. Las multinacionales siguen su caída al abismo por no tener huevos de cambiar su modelo de negocio, y él ha entonado el 'ya no os necesito'. Hablamos de mucho dinero: en 2004, con 'Musicology' más gira, fue uno de los artistas mejor pagados del mundo.

La industria británica (ojo: un 2% del brit-PIB) ya ha puesto el grito en el lluvioso cielo. "Traidor", "desleal" y de todo menos guapo y alto le han llamado al pequeñín. Un capitoste, Paul Quirk, presidente de la asociación de productores de entretenimiento, se ha sacado de la manga una singular amenaza: "Quien se hizo llamar 'El Artista Antes Conocido Como Prince' podría pasar en breve a ser 'El Artista Antes Disponible en Tiendas' (y es que después de regalar dos millones y medio de copias, Prince todavía espera vender el álbum en tiendas a los rezagados).

Pero a él, plin. Su modelo de negocio de finales de los 90, vivir básicamente de las giras, le viene como anillo al dedo ahora que la música ha pasado a ser gratis de facto gracias a (o por culpa de) internet. Todos han tenido que reconvertirse para recaudar mucho más por sus conciertos y menos por sus grabaciones. Todos, excepto él, que ya estaba en esas veredas hace 10 años. Y eso que se las hicieron pasar canutas cuando se murió el hijo recién nacido que tuvo con Mayte García, y el tipo pasó por una depresión de caballo de la que sólo salió abrazando la fe en Jehová y tal. Hay quien insinúa incluso que las destructivas críticas a sus discos de entonces podrían estar maquiavélicamente financiadas por Warner (me abstengo: no le controlo tanto).

Pero, ¿qué se puede esperar, no obstante, de un pirado que programa una gira europea con 21 conciertos y TODOS en Londres, en plan 'Mahoma no va a la montaña pero la montaña vendrá a Mahoma'? Lo dicho, un genio.

Termino con un 'ex cursus' aunque no tanto, porque Prince le hizo entrega del Oscar a mejor canción en 2005 a Jorge Drexler, a quien precisamente acabo de ver hace dos horas en el Conde Duque de Madrid (mi chica se empeñó, soy un corderín). Y Drexler me parece un curilla repipi y cursi, un 'joven castor' redicho, pero admito (con lo que jode admitir) que rejuvenece muy mucho el cantautorilismo plasta. El tipo escucha cosas. Hoy, por ejemplo, le ha puesto a Silvio Rodríguez y Caetano Veloso gotitas de 'Dominique A' y 'Talking Heads'. Gotitas, pero algo es.

Si fumara, si yo fumara... Hubo un momento en que me habría gustado fumar, porque así habría sacado el mechero, y mi llama hubiera simbolizado el amor universal, y me hubiera hermanado con la hinchada de Tontxu y... ¡Ah, cuántos buenos y bellos sentimientos! Por suerte, no fumo.

Fuente: El Mundo.

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