Una clásica batalla se cuece en la industria de los libros de animación.
Los fornidos superhéroes de la cultura del cómic estadounidenses están haciendo pulso con las chicas de los ojos soñadores del manga asiático.Para el ganador: la dominación del mundo y potencialmente millones de lectores en Asia.
Con las ventas en picada en casa, los gigantes estadounidenses, Marvel y su archienemigo DC Comics tienen los ojos puestos en el mercado extranjero.
"Estamos presionando para atraer a gente nueva a las tiendas", dice CB Cebulski, vicepresidente y cazador de talento internacional de Marvel. "Las ventas están bajas y hemos estado perdiendo cuotas de mercado".
Dominio manga
Asia ya tiene una rica cultura de libros animados con una muy dedicada base de aficionados.
La manga japonesa, que tiende a usar gente normal en vez de súper héroes, sigue siendo inmensamente popular.
En el 2009, esta industria fue valorada en US$5.500 millones de dólares en el mercado japonés, según la Asociación de Editores y Publicistas de Revistas y Libros de Japón.
También ha absorbido buenos trozos del mercado en otras partes de Asia con títulos como Naruto y Bakuman.
Una encuesta hecha en diez ciudades de la región por la firma japonesa Hakuhodo reveló que las mangas tienen más del 50% del mercado en Taiwán y Hong Kong, mientras que los cómics occidentales representaban menos del 11%.
Pero las ventas también están cayendo en Japón.
Recientemente, el gobierno japonés anunció un agresivo plan para promover su cultura y contenido pop, incluidos los libros de manga, en mercados internacionales.
Revés
Mientras tanto, las compañías de animación estadounidenses están captando nuevos lectores a través de las franquicias de películas como Thor, Iron Man y los Cuatro Fantásticos.
Pero incluso con la ayuda del séptimo arte, el éxito no está garantizado. Y en el pasado Marvel ya se ha pisado los dedos en el mercado asiático.
En los años '90, la empresa hizo una entrada agresiva en Japón y Corea, pero el mismo Cebulski admite que no tenían la fórmula correcta.
"Intentamos entrar 'a la brava' y nos sacaron porque quisimos enseñarle al mercado asiático lo que nosotros creíamos que ellos necesitaban", cuenta. "Siempre hemos visto a Asia como un mercado un poco impenetrable".
Una de las razones puede ser que durante mucho tiempo los asiáticos han sido subrepresentados en el mundo del cómic, tanto en las páginas como la contratación de creativos.
En el pasado, han habido acusaciones de que cualquier personaje de diferente origen étnico tendía a convertirse en una caricatura bidimensional.
"Los primeros 35 o 40 años del cómic estadounidense contaban historias sin raza, religión, sin origen étnico", explica el ex presidente de DC Comics y actual consultor Paul Levitz. "Raza, en términos de verdadera diversidad, era casi inexistente en esas primeras décadas".
Pero ahora tanto DC Comics como Marvel han cambiado sus estrategias en el mercado.
"Para cambiar esta tendencia necesitas traer a escritores frescos, nuevos artistas con nuevas perspectivas", agrega Levitz.
Una visión con la que Cebulski, de Marvel, está de acuerdo. Él considera que dar mayor control a artistas asiáticos es una de las formas de penetrar en el mercado.
Ang está a cargo de personajes como El Hombre Araña, Thor y X-Men, su favorita.
"Mi hermano coleccionaba manga y yo hacía lo mismo con cómics estadounidenses y los intercambiábamos. Ahora puedes ver que mi estilo es una especie de fusión de los dos".
Ang creó sus historias animadas en digitas y se las envió a Marvel. Uno de sus primeros trabajos fue crear la portada de la última entrega del Hombre Araña.
Cebulski asegura que Marvel quiere a estos artistas, así como a otros talentos de otras partes del mundo, para traer su influencia al universo de la compañía.
"Cuando nuestra base de creativos empezó a incluir más afroamericanos, asiáticos, y mujeres, ellos trajeron consigo sus propias sensibilidades y querían incluir personajes que reflejaran el mundo donde crecieron", dice Cebulski.
Pero lo que realmente parece atraer nuevos lectores no es la diversidad de personajes, sino hacerlos tan reales para los asiáticos como Superman o Batman lo han sido para la afición de larga data de Estados Unidos.
Pero incluso con la ayuda del séptimo arte, el éxito no está garantizado. Y en el pasado Marvel ya se ha pisado los dedos en el mercado asiático.
En los años '90, la empresa hizo una entrada agresiva en Japón y Corea, pero el mismo Cebulski admite que no tenían la fórmula correcta.
"Intentamos entrar 'a la brava' y nos sacaron porque quisimos enseñarle al mercado asiático lo que nosotros creíamos que ellos necesitaban", cuenta. "Siempre hemos visto a Asia como un mercado un poco impenetrable".
Una de las razones puede ser que durante mucho tiempo los asiáticos han sido subrepresentados en el mundo del cómic, tanto en las páginas como la contratación de creativos.
En el pasado, han habido acusaciones de que cualquier personaje de diferente origen étnico tendía a convertirse en una caricatura bidimensional.
"Los primeros 35 o 40 años del cómic estadounidense contaban historias sin raza, religión, sin origen étnico", explica el ex presidente de DC Comics y actual consultor Paul Levitz. "Raza, en términos de verdadera diversidad, era casi inexistente en esas primeras décadas".
Pero ahora tanto DC Comics como Marvel han cambiado sus estrategias en el mercado.
"Para cambiar esta tendencia necesitas traer a escritores frescos, nuevos artistas con nuevas perspectivas", agrega Levitz.
Una visión con la que Cebulski, de Marvel, está de acuerdo. Él considera que dar mayor control a artistas asiáticos es una de las formas de penetrar en el mercado.
Mezclando estilos
Benjamin Ang es uno de esos talentos. Este singapurense de 27 años de edad fue reclutado recientemente por Marvel, que ahora es la empresa más grande de cómic en Estados Unidos por cuota de mercado.Ang está a cargo de personajes como El Hombre Araña, Thor y X-Men, su favorita.
"Mi hermano coleccionaba manga y yo hacía lo mismo con cómics estadounidenses y los intercambiábamos. Ahora puedes ver que mi estilo es una especie de fusión de los dos".
Ang creó sus historias animadas en digitas y se las envió a Marvel. Uno de sus primeros trabajos fue crear la portada de la última entrega del Hombre Araña.
Cebulski asegura que Marvel quiere a estos artistas, así como a otros talentos de otras partes del mundo, para traer su influencia al universo de la compañía.
"Cuando nuestra base de creativos empezó a incluir más afroamericanos, asiáticos, y mujeres, ellos trajeron consigo sus propias sensibilidades y querían incluir personajes que reflejaran el mundo donde crecieron", dice Cebulski.
Pero lo que realmente parece atraer nuevos lectores no es la diversidad de personajes, sino hacerlos tan reales para los asiáticos como Superman o Batman lo han sido para la afición de larga data de Estados Unidos.
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