En abril le tocó a Apple. Ahora es el turno Microsoft. Elie Bursztein, estudiante de seguridad informática de la Universidad Stanford, se propuso sacar de teléfonos y portátiles con Windows el archivo con la localización de los mismos y después creó una aplicación que los refleja en un mapa. Según este experto, la ubicación de los usuarios de los dispositivos está en una base de datos accesible sin contraseñas y con acceso ilimitado.
Microsoft le quita importancia a este descubrimiento. Reid Kuhn, uno de los ingenieros responsables del equipo de Windows Phone, explica cómo funciona este archivo: "Para dar servicios basado en localización, Microsoft recolecta datos de conexión pública, ya sean de torres de cobertura para móviles o los datos de las conexiones inalámbricas. Si un usuario decide que su teléfono se conecte a través de un punto wifi, esto pasará a formar parte de los archivos de localización de tu terminal. En cualquier caso, como los móviles van con el usuario a todas partes, no compartimos esta información con terceros. Solo nos sirve para dar una mejor conexión de manera rápida y efectiva. Una vez que determinamos qué conexión es mejor, vamos eliminando los datos que son inútiles".
A partir de la publicación de esta aplicación ha surgido la polémica. En Cnet han realizado una prueba que muestra cómo los datos no se limitan a Estados Unidos. Con un teléfono HTC recogieron direcciones usadas en Londres, Tokio y Colonia.
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