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2011/08/03

Las diferentes miradas de Apple y Google frente al diseño

En Apple, el uno es el número mágico.
Una persona es la que decide sobre las opciones de diseño final. Esa es una opción en donde no tienen peso los grupos focales ni los analistas de datos. Tampoco los miembros del comité que buscan consenso.
Las decisiones reflejan la sensibilidad de una sola persona: Steve Jobs , el cofundador y CEO de la compañía.
Por el contrario, Google ha seguido el enfoque convencional, con una gran cantidad de personas que desempeñan un papel importante. Ese grupo prefiere confiar en los datos experimentales, y no en los diseñadores, para guiar sus decisiones.
Esta no es una carrera peleada. La empresa que tiene un único árbitro ha estado desarrollando productos de calidad superior, demostrando que no se necesitan múltiples equipos y decenas o cientos o miles de voces.
Hace dos años, el blogger experto en tecnología, John Gruber, presentó una charla, "La teoría del autor sobre el diseño," en la exposición Macworld. Allí Gruber sugirió cómo hacer cine puede ser un modelo útil para orientar la colaboración creativa en otros ámbitos, como el software.
El autor, quien es un director de cine que tiene una visión distintiva de una obra y ejerce el control creativo, trabaja con muchas personas creativas. "Lo que el director hace, sin parar, desde la firma del contrato hasta que la película se termina, es tomar decisiones", dijo Gruber. "Y simplemente la toma de decisiones, una tras otra, puede ser una forma de arte".

"La calidad de cualquier proyecto creativo de colaboración tiende a acercarse al gusto de quien esté a cargo", señaló Gruber.
Dos años después de que él expuso su teoría, ésta continúa siendo una piedra angular en los círculos de diseño vinculados con la discusión de Apple y sus rivales.
"Steve Jobs no siempre tiene la razón; MobileMe sería un ejemplo. Pero sí sabemos que todas las decisiones de diseño más importantes tienen que pasar por él. Eso es lo que hace un autor", dijo Garry Tan, diseñador y socio de la empresa Y Combinator, que invierte en compañías que recién se inician (start-ups, en la jerga).
Jobs ha adquirido la reputación de ser un gran diseñador, dice Tan, no porque él, personalmente, se ocupe de los diseños, sino porque "él tiene el ojo". Asimismo, ha contratado a diseñadores de formación clásica como Jonathan Ive. "La excelencia en el diseño también atrae al talento en el diseño", explica Tan.
Google tiene lo que llama un "laboratorio creativo", un grupo que originalmente había trabajado en publicidad para promocionar su marca. Más recientemente, se ha pedido al laboratorio que brinde una visión del diseño a los grupos de ingeniería y experiencia de usuario que trabajan en todos los productos de Google. Chris L. Wiggins, quien es el director creativo del laboratorio, y cuya formación radica en la publicidad, describe el diseño como un proceso de colaboración entre grupos "con muy fructíferas idas y venidas".
"Sólo hay un Steve Jobs, y él es un genio", señala Wiggins. "Pero es importante destacar que estamos discutiendo el diseño de las aplicaciones web, no el del hardware o software para computadoras personales (PCs). Y por eso tomamos un enfoque diferente al de Apple respecto del diseño", afirma. Google, dice, utiliza la web con el propósito de extraer información de los usuarios y llevar a cabo mejoras constantes.

El argumento de Wiggins de que las manzanas de Apple no se deben comparar con las naranjas de Google no explica, sin embargo, por qué el software para teléfonos inteligentes de Apple obtiene puntajes mucho más altos que el de Google.
La capacidad de Google para atraer y retener el talento en el diseño no se ha visto favorecida por la partida de los diseñadores que sintieron que sus habilidades no eran debidamente apreciadas. "Google es una empresa de ingeniería y, como investigador o diseñador, es muy difícil hacer que tu voz sea escuchada en un nivel estratégico", escribe Paul Adams en su blog Think Outside In . Adams fue investigador en el área de la experiencia de usuario en Google hasta el año último; ahora trabaja en Facebook.
Douglas Bowman es otro ejemplo. Él fue contratado como primer diseñador visual de Google en 2006, cuando la compañía tenía siete años de antigüedad. "Siete años es mucho tiempo para dirigir una empresa sin contar con un diseñador de formación clásica", escribió en su blog "Stopdesign", en el año 2009. Bowman se quejó de que no había nadie cerca de o al mando de Google que "entendiera a fondo los principios y elementos de diseño". "Tuve un reciente debate sobre si los bordes deberían ser de 3, 4 o 5 píxeles de ancho", escribió Bowman, y agregó: "No puedo trabajar en un ambiente así". Su publicación fue titulada: "Adiós, Google".
La partida de Bowman estimuló a otros diseñadores con experiencia, ya sea en Google o en Apple, y los llevó a comentar sobre las diferencias entre las dos compañías. Gruber, en su blog Daring Fireball , resumió una experiencia bajo el título "Apple es una empresa de diseño con ingenieros; Google es una empresa de ingeniería con diseñadores".

En mayo, Google, como empresa de ingeniería, se mostró reticente a dar cuenta de la experiencia en diseño cuando intentó reclutar a Pablo Villalba Villar, el jefe ejecutivo de Teambox, una compañía de gestión de proyectos en línea. Villalba luego escribió que él no tenía ninguna intención de dejar Teambox y accedió a pasar por el proceso de contratación de Google. Trató de llamar la atención sobre su experiencia principal en la interacción del usuario y el diseño del producto. Sin embargo, dijo que lo que el reclutador quería saber era sobre su dominio de 14 lenguajes de programación.
Villalba estaba consternado ya que Google no parecía haber cambiado desde que Bowman se fue. "El diseño no se puede hacer mediante un comité ", dijo.
Recientemente, mientras Larry Page, el cofundador de la compañía, asumió su mandato como jefe ejecutivo, Google lanzó Google+ y confirió una nueva apariencia a su página principal, a Gmail y a su calendario. Más rediseños se han prometido. Pero serán producidos, como antes, dentro de una cabina de edición repleta de personas y muy ruidosa. Google no tiene un verdadero autor que decida sobre el corte final de manera unilateral.

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