El análisis de las partículas de un asteroide obtenidas por la sonda Hayabusa de la agencia espacial japonesa ha servido a los científicos para confirmar que los meteoritos que han llegado a la Tierra tienen su origen en los asteroides tipo S, según un estudio publicado hoy en Science.
Aunque los astrofísicos ya asumían que los restos encontrados en nuestro planeta provenían de este tipo de asteroides, no se había podido confirmar mediante observaciones desde tierra. El problema radicaba en que el color del espectro de los asteroides no coincidía con el de las muestras terrestres.
La explicación dada hasta ahora por los investigadores se basaba en que "la superficie de los asteroides había sido alterada por efecto del viento solar y por colisiones con micrometeoritos, variando su reflectividad", según explica Josep Maria Trigo, investigador titular del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC).
Los resultados obtenidos en el análisis de las partículas del asteroide Itokawa han servido para confirmar este efecto y para demostrar que la composición de este tipo de asteroides es similar a la de los meteoritos terrestres. El material "es muy primitivo y contiene información sobre la formación del Sistema Solar", asegura Tomoki Nakamura, investigador de la Universidad de Sendai y responsable del estudio.
La sonda Hayabusa, lanzada en el año 2003, tuvo dificultades a la hora de recoger las muestras, aunque en 2010 llegó a la Tierra con más de 1.500 partículas.
Aunque los astrofísicos ya asumían que los restos encontrados en nuestro planeta provenían de este tipo de asteroides, no se había podido confirmar mediante observaciones desde tierra. El problema radicaba en que el color del espectro de los asteroides no coincidía con el de las muestras terrestres.
La explicación dada hasta ahora por los investigadores se basaba en que "la superficie de los asteroides había sido alterada por efecto del viento solar y por colisiones con micrometeoritos, variando su reflectividad", según explica Josep Maria Trigo, investigador titular del Instituto de Ciencias del Espacio (CSIC-IEEC).
Los resultados obtenidos en el análisis de las partículas del asteroide Itokawa han servido para confirmar este efecto y para demostrar que la composición de este tipo de asteroides es similar a la de los meteoritos terrestres. El material "es muy primitivo y contiene información sobre la formación del Sistema Solar", asegura Tomoki Nakamura, investigador de la Universidad de Sendai y responsable del estudio.
La sonda Hayabusa, lanzada en el año 2003, tuvo dificultades a la hora de recoger las muestras, aunque en 2010 llegó a la Tierra con más de 1.500 partículas.
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