Fotografiar a una persona en el momento justo en el que salta desde el suelo y mantiene todo su cuerpo en el aire es relativamente sencillo. Necesitamos un poco de paciencia y forma física -ya que probablemente debamos repetir el brinco unas cuantas veces- y calibrar nuestra cámara a una velocidad de obturación alta (en torno a 1/500 segundos) para así conseguir el efecto «congelado» en la imagen. Anímense, es muy fácil.
Ahora bien, de ahí a lo que hace la protagonista de nuestro artículo de hoy, Natsumi Hayashi, hay un mundo. Casi el mismo que separa al ruido de la música porque lo que nos regala esta joven japonesa de tan solo 20 años es auténtico arte.
Precisamente la descubrimos a través del blog de un madrileño que vive en tierras niponas y que, como nosotros, se sorprende al ver cómo la chica es capaz de fotografiarse a sí misma levitando en el aire y en todo tipo de situaciones.
No hay más que echar un vistazo a su blog para verla «volar» tranquilamente mientras sale del tren, llama por teléfono, pasa la aspiradora o se mueve por la calle. Sus autorretratos son tan reales, inquietantes y especiales que están causando furor en la red.
Por supuesto, la genialidad tiene un precio y, según ha declarado en diversas entrevistas, hay ocasiones en las que ha tenido que repetir una toma hasta 300 veces, lo cual nos indica que, además de paciente, es un portento físico.
La práctica de volar durante un instante y convertirlo en algo eterno a través de la fotografía no es algo nuevo. Muchos lo intentan pero pocos lo consiguen. Por citar un ejemplo más cercano, nuestra particular versión ibérica: el joven Victoriano Izquierdo, un granadino que en alguna ocasión también ha retado a la gravedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario