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2009/08/24

No todos los rayos caen

Fuente: BBC Mundo.

En un extraordinario golpe de suerte, un equipo de científicos estadounidenses logró captar la imagen de un enorme relámpago que, en lugar de caer, iba en ascenso.

Estos eventos pocas veces vistos son fenómenos meteorológicos conocidos como "chorros gigantes", en los que se descarga electricidad de las tormentas hacia la atmósfera alta, la ionósfera.

Durante la tormenta tropical Cristóbal, el año pasado, el rayo ascendente alcanzó una altura de más de 60 kilómetros.

Los científicos de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte, lograron fotografiarlo y tomar mediciones de la descarga eléctrica.

Según los investigadores, que publican los detalles del evento en la revista Nature Geoscience, el trabajo ofrece un mejor entendimiento de este tipo de relámpagos, los cuales pueden ser tan poderosos como los rayos de nube a tierra.

Descarga sustancial

Los chorros gigantes no ocurren en todas las tormentas y los científicos desconocen cuáles son las condiciones que conducen a su formación.

De hecho, esta clase de eventos sólo se ha registrado en cinco ocasiones desde 2001.

"Lo que demostramos de forma concluyente es que no son sólo estallidos que surgen de una tormenta eléctrica y viajan de forma ascendente para tocar la atmósfera alta", explicó a la BBC el profesor Steven Cummer, quien dirigió el estudio.

"Porque, de hecho, descargan tanta electricidad en la atmósfera alta como los rayos que chocan en la tierra".

Los chorros gigantes, precisó el investigador, descargan una energía comparable a la de los relámpagos convencionales.

Pero la carga viaja más lejos y más rápido, debido a que el aire delgado que se encuentra entre las nubles y la ionósfera ofrece menos resistencia.

Los chorros gigantes rara vez han sido captados en fotografías porque ocurren tan rápido que las cámaras deben estar enfocadas hacia ellos en el momento exacto en que ocurren.

Suerte

El profesor Cummer captó la imagen del evento por casualidad, porque había apuntado su cámara hacia el cielo, sobre la tormenta, esperando fotografiar otro fenómeno conocido como sprites.

Éste consiste en descargas eléctricas azules o rojas que ocurren sobre las nubes hacia la ionósfera y fue fotografiado por primera vez en 1989.

El científico planea ahora instalar una cámara de alta velocidad y luz baja para captar imágenes en colores de los chorros gigantes, la cuales podrían brindar información muy útil sobre sus procesos químicos y sus temperaturas.

"El chorro que pudimos fotografiar surgió de una tormenta tropical que todavía no se convertía en huracán", explicó el profesor Cummer.

"Ahora se cierne sobre nosotros otro huracán, que está a punto de tocar la costa este de Estados Unidos y, por supuesto, tendremos nuestras cámaras enfocadas hacia ese evento y quizás resultemos afortunados".

Según Brad Smull, director de programa de la División de Ciencias Atmosféricas de la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos, el organismo que financió la investigación, "la confirmación de una descarga eléctrica visible que se extiende desde lo alto de una tormenta hacia el borde de la ionósfera ofrece información muy importante sobre los procesos del circuito eléctrico de la Tierra".

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