El responsable mundial de uno de los proyectos más ambiciosos del gigante de Internet explicó en Buenos Aires las iniciativas del buscador para competir con Amazon en el mercado de los libros electrónicos y digitales. Ya hay casi 30 empresas argentinas que participan en estas iniciativas.
Al principio fueron las búsquedas. Luego, las noticias, los libros, la tierra y el video. Ahora le llegó el turno al negocio editorial. Tal la secuencia que se plantea Google, la mayor empresa de contenidos de todo tipo soportados en Internet.
La secuencia anterior explica la evolución del negocio del contenido bajo la visión de Google. Se puede poner el siguiente ejemplo: Primero el internauta busca información en Google.com.ar sobre el Mundial de Fútbol Alemania 2006. Luego, busca en Google News qué dijeron los medios sobre esa competencia; en Google Books consulta los libros que trataron sobre ella; en Google Earth busca información de los estadios germanos; y en YouTube, documentales sobre los campeones. Ahora, lo que viene es el negocio editorial.
Los principales proveedores en este caso son las empresas editoriales y Google intenta seducirlas para subirlas a sus proyectos Google Books (o Libros) y Google Edition.
Con tal motivo, estuvieron en la última semana de agosto en Buenos Aires Tom Turvey, director de las asociaciones estratégicas de Google, y sus colaboradores para América latina (Mark Nelson) y Sudamérica (Rodrigo Velloso), quienes explicaron a editores argentinos sus planes.
Pero estas iniciativas del buscador más popular del mundo ya comienzan a sufrir los embates de sus adversarios e incluso están bajo la lupa del Gobierno estadounidense por un posible monopolio.
El principal enemigo de Google en este campo es Amazon.com, la mayor librería virtual del mundo, que vende con éxito en Estados Unidos su lector de libros electrónicos Kindle y obras por su portal a un precio fijo de 9,99 dólares.
Pero ahora el gigante de Internet se planta frente a este rival como un intermediario en el libro electrónico, de forma que competiría directamente con Amazon. El buscador se posiciona como la vía de acceso entre el lector y la editorial, con un precio libre, a diferencia de Amazon.com, y liberado para todos los dispositivos, no únicamente para un equipo, como ocurre con el Kindle.
En medio de la pelea están los libros electrónicos, versiones digitales de todo tipo de obras. Según informó Turvey en una reducida conferencia de prensa en las oficinas porteñas de Google, en la que participó iProfesional.com, el proyecto en este caso se llama Google Edition, un nuevo programa que daría a los editores la posibilidad de vender las versiones digitales de sus nuevos libros directamente al consumidor a través de… sí, adivinó: Google.
Para ingresar a esos libros por Google Edition se deberá tener una cuenta en… sí, otra vez acertó: en uno de los servicios de Google, como Gmail, o Docs. Para leerlo fuera de línea, se utiliza el sistema Google Gears.
La libertad de precios que contempla Google es lo que seduce a las editoriales. En el caso de Amazon, sólo permite a los editores poner los precios de venta al por mayor pero luego este portal establece los valores para los consumidores. El resultado es una diferencia de importe notable.
Con el ingreso de Google en el mercado, los editores llegarían a controlar también los precios del consumidor.
Turvey y sus colaboradores aclararon que Google Edition es independiente y separado del acuerdo que la compañía estableció en su día con autores y editores para la digitalización de libros.
Este convenio es investigado por el departamento de Justicia de Estados Unidos por posible violación de leyes antimonopolio. La mayor parte de los siete millones de volúmenes escaneados que forman parte del proyecto que ya tiene en marcha Google están desclasificados.
Hasta ahora el buscador remitía a otras páginas como Amazon u otras librerías para comprar la versión electrónica o impresa, respectivamente. Pero con Google Edition, el gigante de Internet propone a los usuarios comprar las ediciones digitales directamente desde Google.
Este tipo de planes ya habían sido discutidos antes entre la compañía y las editoriales, pero esta vez parece que el proyecto camina firme. Turvey estimó que la plataforma ya estará disponible en los Estados Unidos en el primer trimestre de 2010.
En este caso, la compañía con sede en Mountain View, California, planea vender a los usuarios el acceso en línea a las versiones digitales de los libros. Así, cuando estén desconectados aún puedan ver esas versiones electrónicas. La lectura sería posible en cualquier dispositivo con acceso a Internet, incluyendo teléfonos móviles, y no solo en lectores como el Kindle (ver foto inferior) de Amazon.
Una alianza opositora
Google Edition avanza en forma paralela a la biblioteca Google Books, con la que la empresa aspira a catalogar todos los libros del planeta, incluidos aquellos cuyos derechos de autor caducaron y los que estaban fuera de catálogo.
Las fuentes de Google Books son dos: acuerdos entre el buscador y bibliotecas por un lado (ya hay 40 firmados) y, por otro, convenios con empresas editoriales.
Mientras Turvey y sus colaboradores explicaban en Buenos Aires sus planes a la prensa, Microsoft, Yahoo y Amazon confirmaron su ingreso a una alianza para emprender acciones legales contra Google Books.
Microsoft confirmó que unió a Yahoo, Amazon y la organización Internet Archive en la llamada “Open Book Alliance”, http://www.opencontentalliance.org/, una coalición que se opone al acuerdo alcanzado en octubre de 2008 entre Google y las asociaciones de editores y autores American Publishers y Authors Guild (http://www.googlebooksettlement.com/r/home?hl=es&cfe_set_lang=1).
Este acuerdo, que permitirá a Google mostrar en Internet partes de millones de libros y vender copias digitales de ellos, aún está pendiente de aprobación por las autoridades judiciales estadounidenses.
Google ya escaneó y catalogó en Internet más de 8 millones de libros cuyos derechos de autor ya han vencido o están a punto de finalizar. Otros 2 millones pertenecen a las más de 30.000 editoriales de más de 80 países que ya firmaron acuerdos con el buscador. El 45% de aquellos cedidos por las editoriales provienen de afuera de Estados Unidos.
La digitalización se hace en California con el software de reconocimiento de caracteres OCR, que permite reconocer como palabras y no como imagen a los textos copiados digitalmente. Esto facilita luego la búsqueda por palabras claves. El formato no es .jpg u otro sistema de documentación de imágenes, como .tiff o .bmp, sino propio, que impide la impresión o captura como si fuera texto.
Los planes iniciales del buscador incluían la digitalización de títulos de las más prestigiosas bibliotecas del mundo que, en muchos casos, aún estaban protegidos por derechos de autor.
Tras ser demandado en 2005, Google llegó a un acuerdo con las organizaciones American Publishers y Authors Guild que otorga a autores y editores un 70% de los ingresos de las ventas y a Google un 30%.
Ese acuerdo puso en marcha el mecanismo para que el mega buscador, junto a un registro operado por autores y editores, salier a mostrar y vender millones de libros "online".
Turvey recordó que gracias a este acuerdo millones de libros descatalogados pueden estar disponibles en línea y en bibliotecas de todo el país. Además ofrece nuevas vías para que millones de autores obtuvieran beneficios de las copias digitales de sus libros.
Pero Google Books aún cuenta con opositores en todo el mundo, pero algunas grandes bibliotecas, como la Nacional de Francia, iniciaron negociaciones con la empresa para digitalizar sus fondos.
Microsoft y Yahoo compiten con Google en muchas áreas como búsquedas en la web y software basado en la red.
El abogado especializado en legislación antimonopolio Gary L. Reback, que asesora a las tres compañías, planea llevar el caso ante el Departamento de Justicia bajo el argumento de que lesiona la libre competencia.
Según dijo este letrado a The New York Times, el acuerdo le da a Google una injusta inmunidad sobre derechos de autor para ofrecer futuros servicios sobre libros digitales.
Esto daría al buscador, de acuerdo al abogado, una hegemonía con la que el resto de las empresas no podrían rivalizar. Reback tiene experiencia en temas antimonopolio: en la década pasada impulsó el caso que tramitó el Departamento de Justicia contra Microsoft por sus prácticas monopólicas.
Justamente, esta área de la Casa Blanca inició en junio pasado una investigación del acuerdo entre Google y las empresas editoriales del país.
Al respecto, la empresa aclaró que el pacto con escritores y editores ofrecería a Google “licencias no exclusivas de uso”, para que los dueños de la propiedad intelectual pudieran ofrecer textos a otras compañías de manera simultánea.
Al ser consultado sobre esta alianza, Turvey se remitió a lo dicho por su empresa: el acuerdo sobre Google Books “está inyectando más competencia en el espacio de los libros digitales, por lo cuál es fácil comprender porqué nuestros competidores están luchando duramente para evitar mayor competencia. Es irónico que algunas de las quejas provengan de firmas que ya sea tienen su propia iniciativa de digitalización de libros o abandonaron el escaneo de libros porque ‘carecía de viabilidad comercial’”.
Apoyo europeo
Sin embargo, mientras en Estados Unidos los proyectos editoriales de Google sufren estos problemas, en Europa recibieron esta semana un respaldo fundamental: la comisaria de telecomunicaciones de la Unión Europea (UE), Viviene Reding, declaró su apoyo al buscador sobre la cuestión de si debería permitirse la publicación de millones de libros escaneados.
Esta funcionaria, considerada como la voz europea en temas de información, sociedad y medios se sumó al debate y dio la bienvenida a las “iniciativas del sector privado” como la de Google.
“Google Books es un proyecto comercial desarrollado por un jugador importante”, dijo Reding en un comunicado. Y añadió: “Es bueno ver que los nuevos modelos empresariales evolucionan, lo que podría permitir recopilar más contenido para (ofrecerlo) a un gran número de consumidores”.
A principios de este año la UE había dicho que estudiaría el acuerdo de Google, después que en Alemania se conocieran quejas sobre su acuerdo con las bibliotecas estadounidenses.
La Comisión celebrará una audiencia pública el 7 de septiembre y ha invitado a la gente del sector editorial y a otros a participar.
Presencia argentina
En su visita a Buenos Aires, Turvey se reunió con las editoriales argentinas que ya se sumaron al proyecto de Google Books. Entre otras figuran Manantial, Albatros, Biblos, Bonum, Dunken, Juris, Kier, Galerna, Imaginador, del Zorzal, Longseller y Granica. En total, 26 casas editoriales y universidades argentinas ya ofrecen a través de Google Books unos 8.000 libros.
A su vez, hubo reuniones con la Cámara Argentina del Libro. Incluso, se montó una videoconferencia con un abogado de Google en California que explicó los alcances del acuerdo del buscador con las editoriales de EE.UU. Y el vicepresidente de Estrategia de Negocios Digitales del gigante editorial norteamericano Ramdon House habló, también por videoconferencia, de sus planes con su par pero de Internet.
En Google Books el usuario puede buscar un libro y hallar diferentes resultados. Por ejemplo, el contenido completo de un libro (en el caso de una obra de dominio público), hasta un 20% de una obra protegida o fragmentos cuando se trata de libros de propiedad intelectual difusa o en litigio.
El lector argentino puede hacer la siguiente prueba: En http://books.google.com.ar/books?hl=es puede escribir Carlos Gardel. La lista de resultados de esta consulta remite a fragmentos u obras completas sobre el compositor y cantante de tangos. Si hace clic en uno de esos enlaces, encontrará una ficha bibliográfica y partes escaneadas de la obra.
Un ejemplo de la potencialidad de esta herramienta se dio en abril de 2009, cuando el presidente venezolano Hugo Chávez le obsequió en público a su par estadounidense Barack Obama un ejemplar del libro “las venas abiertas de América latina” del escritor uruguayo Eduardo Galeano. Las visitas al libro por Google Books aumentaron un 275% ese mes respecto a marzo de 2009. Y un 1.180% respecto a la semana anterior. Y los clics a enlaces de librerías que lo ofrecían, un 810 por ciento.
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