La comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, quiere tener, a mediados de 2008, una propuesta de regulación para el Parlamento Europeo dirigida a crear un mercado único de contenidos distribuidos a través de Internet.
Hasta aquí la declaración básica de intenciones recogida en el comunicado difundido ayer, que por cierto terminaba con la siguiente frase balsámica: "A los usuarios se les dará un papel muy relevante" en la plataforma que liderará el proceso.
A partir de aquí, Bruselas empieza a hacer números: 500 millones de consumidores potenciales, un mercado que puede cuadruplicar sus ingresos en 2010 hasta alcanzar 8.300 millones de euros, ventas de música on line que pueden suponer en esa fecha el 20% del mercado...
Aunque se quieran cerrar los ojos a la evidencia, cuando los políticos y los empresarios sacan la calculadora, les suele quedar un suspiro para barrer la alternativa que no les reporta ingresos. Eso, además de piratería, en contenidos por Internet afecta al peer to peer, es decir, a los programas para compartir archivos, al eMule, el Kazaa...
Y efectivamente, el documento de trabajo que ha sacado a consulta la comisaria para que los agentes del sector (productores de contenidos, distribuidores, proveedores de acceso a Internet, usuarios...) aporten sus comentarios de cara a la propuesta de regulación de mediados de año, ya encierra ideas tan claras respecto a la situación actual como poner a la misma altura la piratería que "la subida y descarga no autorizada de contenidos protegidos por copyright".
En la lucha contra ambas, que Bruselas coloca como una de sus "máximas preocupaciones", destaca como herramienta la cooperación de los proveedores de acceso a Internet, es decir, las telefónicas que llevan a casa el cable o la conexión por ADSL y pueden por tanto pegar el tijeretazo a la conexión o al servidor que la provee.
No se olvidan en este punto de recordar, en el documento de Reding, que Francia, con su Memorandum de Entendimiento entre productores de música y cine, proveedores de acceso a Internet y el gobierno (noviembre de 2007), va a definir una autoridad con poder para suspender o cortar el acceso a aquellos que compartan archivos no autorizados.
De hecho, Bruselas "quiere promover procedimientos de cooperación (códigos de conducta) entre los proveedores de Internet, los titulares de los derechos de propiedad intelectual y los consumidores para asegurar no sólo una oferta amplia de contenidos on line atractivos, sino también una adecuada protección de los derechos de autor y una cooperación más estrecha en la lucha contra la piratería y la compartición de archivos no autorizada.
"La Unión Europea debe tender a promover el rápido desarrollo de nuevos modelos de negocio para la creación y distribución de contenidos a través de Internet", comenta el documento. Entre las propuestas se incluye la creación de licencias de derechos multiterritoriales, que faciliten las economías de escala de los distribuidores de contenidos al permitir operar en diferentes países; y la interoperabilidad y transparencia de cada al usuario de los sistemas de limitación de copias privadas (DRM).
Un canon para proteger música poco copiable
Mientras Europa busca cómo poner vallas a Internet, sigue en vigor el esquema previo. Un ejemplo es el canon por copia privada, que la Comisión Europea introdujo en una directiva en el año 2001. España está a punto de adaptarse a esa directiva, lo hará en el momento en que se publique en el BOE la lista de tarifas que haga oficial cuánto irá a parar a las sociedades gestoras de derechos (como SGAE) cada vez que se compre un móvil con música (1,5 euros) o un mp3 (3,15 euros).
El canon por copia subsiste con los DRM, que son programas instalados en los originales que limitan las copias de los usuarios y que Bruselas defiende aunque pide que sean más transparentes.
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