¿Se imaginan un roedor de una tonelada de peso? Aunque se extinguió hace entre dos y cuatro millones de años, ha dejado sus restos fósiles en el actual continente Suramericano.
El hallazgo de un cráneo excepcionalmente bien conservado ha permitido a los paleontólogos y físicos uruguayos describir como era este gigante de los ratones del Plioceno-Pleisctoceno que llegaba a pesar unos 1.000 kilos.
El roedor ha recibido el nombre de 'Josephoartigasia monesi' y pertenece a la familia de 'Dinomydae', del grupo de los roedores gigantes extintos, de los que no quedan más que dos especies mucho más pequeñas: la capibara, presente en casi todo el continente, de aproximadamente 60 kilogramos y la pacarana, con un máximo de 15 kilogramos. La investigación se publica hoy en 'Proceedings of the Royal Society'.
El orden de los roedores es el grupo más abundante de los mamíferos vivos con casi el 40% de las especies conocidas. Sin embargo, a excepción de los dos mencionados, su peso no suele superar el kilogramo y su tamaño se mide en centímetros.
Por tanto, la comparación ha dejado sorprendidos a los científicos, que hasta ahora tenían constancia de otro roedor gigante, el 'Phoberomys', pero que no superaba los 200 kilogramos de peso.
El hallazgo de los restos fósiles del cráneo, de más de medio metro de longitud, ha tenido lugar en San José, Uruguay, en lo que fue un ecosistema de estuario y delta con comunidades boscosas.
Hasta el momento, las descripciones de los grandes roedores suramericanos era muy compleja puesto que los materiales fósiles estaban muy deteriorados y dispersos. Normalmente se hallaban dientes sueltos y fracciones de las mandíbulas.
Pero en el caso del 'Josephoartigasia monesi', se han encontrado prácticamente casi intactas ambas mandíbulas y todas las cavidades craneales, a partir de las cuales se ha podido determinar el tamaño y el peso del roedor.
Al igual que en todos los casos de roedores gigantes, todos los dientes que muelen son relativamente pequeños en comparación con el cráneo.
Algo parecido pasa con los agujeros de las cavidades ópticas, que son extremadamente reducidos para el tamaño del cráneo. También ocurre algo similar con los orificios auditivos que son más pequeños de lo que se pensaba para las gigantescas dimensiones de este roedor.
Los autores de la investigación, Andrés Rinderknecht, de la Facultad de Ingeniería de Montevideo y Ernesto Blanco, del Museo Nacional de Historia Natural y Antropología de Uruguay, consideran que los pequeños dientes molares del roedor gigante no indican que fuera un gran masticador, y que probablemente tuviera una dieta diferente a la de otros roedores que incluyera más alimentos vegetales.
El estudio se decanta por una dieta compuesta básicamente de plantas acuáticas, ya que el hábitat que ocupaban estos ratones gigantes eran los estuarios y los deltas, cubiertos de bosques en sus orillas. La fauna asociada al 'Josephoartigasia monesi', incluye otros roedores, grandes felinos, aves carnívoras gigantes y grandes ungulados.
Fue de 1.221 kilogramos con una desviación estándar de 753 kilogramos, afirma el estudio.
Entre las conclusiones de la investigación se señala que el roedor gigante se puede considerar en la segunda gama de tamaño de los grandes mamíferos del Plioceno-Pleistoceno, justo detrás de los grandes marsupiales.
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