Varios operadores están ensayando dos tecnologías que multiplicarán entre cinco y diez veces la velocidad actual de conexión a Internet. Los nuevos sistemas permitirán ofrecer servicios como televisión de alta definición o videoconferencia, y algunos de estos productos estarán disponibles antes de que acabe el año.
Pero las redes de nueva generación no llegarán de forma masiva hasta que la entidad reguladora, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), aclare el panorama legal.
Telefónica es la compañía que más pruebas está realizando. Unos 500 hogares de la Comunidad de Madrid están probando el VDSL2, una tecnología que es capaz de ofrecer velocidades cercanas a los 50 megabits por segundo (Mbps). El actual ADSL, o su versión mejorada, el ADSL2+, rinde a 16 Mbps en el mejor de los casos.
Desde Telefónica aseguran que los primeros resultados son buenos. De hecho, han solicitado a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) la autorización para extender los ensayos a Barcelona; en concreto, a varias centrales de Sant Cugat del Vallés, que se unirán a los que ya se hacen en ciudades como Alcorcón, Getafe, Móstoles y Tres Cantos, todas en Madrid, junto a la propia capital.
El VDSL2 tiene un defecto frente al ADSL: sólo va bien en las distancias cortas. La velocidad teórica del VDSL2 puede llegar a los 100 Mbps. Pero eso sólo ocurre en los laboratorios, con los mejores equipos y cableado.
En escenarios reales, para poder ofrecer velocidades superiores a los 30 Mbps, la distancia de la línea entre abonado y central debe ser inferior a los 300 metros. A partir de aquí, a mayor distancia, menor velocidad.
Lo que está haciendo Telefónica con estos ensayos es colocar nodos, una especie de minicentrales entre la central telefónica y el usuario, para reducir la longitud de la línea. De los 50 repetidores (armarios de 2x2 metros), unos se han colocado dentro del mismo edificio y otros, en un radio de 600 metros. El enlace entre ambos extremos sigue siendo el cable de cobre del teléfono, que sirve de soporte físico a la tecnología VDSL2. Por su parte, la conexión entre el nodo y la central, y de ahí a Internet, es mediante fibra óptica.
Jazztel también está realizando pruebas de laboratorio con el VDSL2. Su apuesta, a la espera de lo que decida la CMT, será ofrecer conexiones mediante esta tecnología pero sin necesidad de instalar nodos. Los datos irán desde la central hasta el hogar con VDSL2. El problema aquí es que sólo los que vivan a menos de 600 metros de una central notará la mejora en la velocidad.
GPON y fibra óptica
La otra tecnología que está probando algunas operadoras es el GPON. Telefónica lo está haciendo en varias centrales de Madrid. En este caso, los datos viajan por fibra óptica y no sobre el cable de cobre telefónico, como hace el ADSL.
La fibra es aún más rápida. Puede alcanzar los 100 Mbs simétricos, es decir, la misma velocidad tanto en sentido ascendente como descendente. Otra de sus ventajas es que no se ve afectada por la distancia entre la central y el hogar del usuario.
El punto débil de la fibra es el precio. Llevarla hasta el hogar puede superar los 1.000 euros por usuario, frente a los 300 que supone darle una conexión ADSL nueva. De ahí que tanto Telefónica como la competencia insistan en la necesidad de una nueva legislación, que de estabilidad a las nuevas inversiones.
Esa es la posición de Jazztel, Orange, Yacom y Ono pero también de Telefónica.La operadora de cable Ono, que ya ofrece 25 Mbs con su red actual, lleva tres meses realizando una serie de pruebas con GPON. Unos 2.000 vecinos de Alcalá de Henares, en Madrid, han visto sustituida su conexión de cable por la fibra óptica.
Orange, por su parte, asegura estar preparada para instalar el FTTH pero no ha querido revelar si está realizando alguna prueba.
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