Algunas habían permanecido décadas ocultas entre los archivos de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos pero una gran exposición realizada por la sucursal de Denver permite por primera vez asistir a un repaso por los más de trescientos expedientes con los que el cofundador de Apple registró todo tipo de dispositivos y objetos, incluyendo las escaleras de cristal de las Apple Store.
Para todos los que no podemos acercarnos por Denver en las próximas semanas la forma más cómoda de acceder a este completo catálogo de las 323 patentes de Steve Jobs pasa por visitar el completo reportaje que ha dedicado The New York Times a esta exposición organizada por la oficina de Denver encargada del registro de patentes y marcas. Un minucioso repaso a la historia de los dispositivos Apple, no solo aquellos que llegaron al mercado, en algunos casos provocando auténticas revoluciones tecnológicas, sino que también podremos conocer patentes sobre dispositivos que jamás llegaron a ver la luz, desde prototipos a versiones más que curiosas de dispositivos que sí llegamos a conocer, como puede ser el caso de una versión de ordenador ed sobremesa que sobre una base similar a la del mítico iMac G4 “lamparita” modificaba la forma semiesférica de la CPU para aumir una con aspecto de pirámide.
El repaso a este centenar de patentes se articula a través de distintas familias de dispositivos. En primer lugar nos acercamos a los ordenadores personales de escritorio, con un recorrido que arranca en 1980 y que incluye diseños de los Macintosh originales que hoy se encuentran expuestos en el MoMA, el Museo de Arte Moderno de la ciudad de Nueva York. Los iPod constituyen una familia sorprendentemente amplia puesto que su presencia aparece hasta en 85 patentes. Aparecido en 2001, este reproductor musical supuso el acceso a un nuevo mercado que cambió para siempre el modelo de negocio de Apple.
Fruto de esta segunda etapa en la que la empresa de Cupertino se centró en dispositivos móviles fue iOS, su sistema operativo para smartphones y tablets, presente en un buen número de los dispositivos que engrosan esta exposición. La evolución de Apple puede observarse también en la sección correspondiente a los ordenadores portátiles, uno de los signos distintivos de la compañía que ha hecho de las líneas minimalistas y el grosor ultradelgado una seña de identidad en los últimos tiempos.
Teclados, ratones, monitores… no solo de dispositivos electrónicos vive Apple, también hay que patentar las propias cajas y embalajes que los contienen, pero fuera de Apple también hay algunas patentes a nombre de Steve Jobs puesto que se corresponden con su época en NeXT, empresa fundada por Jobs en 1985 tras su salida de Apple aunque posteriormente fue adquirida por la casa de la manzana mordida cuando regresó a ella en 1996.
Como curiosidad merece la pena detenerse en el listado de patentes difícilmente clasificables en un grupo unitario, desde el brazo articulado del iMac G4 que une la CPU semiesférica con la primera pantalla plana que se comercializó en un ordenador de sobremesa de la marca a la interfaz para un teléfono móvil basado en el concepto del iPod original que incluye un modo de marcado similar al de los antiguos teléfonos de dial rotatorio aplicado al propio mecanismo de de la primera versión del MP3 de Apple.
También hay una interesante sección en la que tienen cabida desde los cargadores de los múltiples dispositivos de la casa hasta las escaleras de cristal de acceso a los establecimientos donde se venden los dispositivos Apple, pasando por fundas e incluso el propio exterior de un Apple Store.
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