Aquellos que hayan volado alguna vez a o desde un aeropuerto estadounidense saben de la severidad de los controles de seguridad en territorio USA. Controles que se van a reforzar con una nueva prohibición. No se trata de cortauñas o botes de champú de 125 mililitros, sino de algo tan cotidiano como un teléfono móvil, siempre que no tenga batería.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) de EEUU anunció ayer que los procedimientos de seguridad en los vuelos que llegan a territorio estadounidense desde ciertos aeropuertos se han intensificado. Desde ahora, ya no se puede subir con teléfonos móviles y otros dispositivos como ordenadores portátiles sin batería en los aviones con destino Estados Unidos.
En un comunicado, la secretaria de Seguridad Interna, Jeh Johnson, explicó que las nuevas medidas son el resultado de una reevaluación de las medidas “para promover la seguridad de la aviación”. La información publicada por CNET sugiere que las nuevas medidas llegan en respuesta a informes acerca de que terroristas de Siria y Yemen han desarrollado bombas que pudieran eludir los procesos de control existentes.
Está claro que los dispositivos personales están en el punto de mira. La declaración de la TSA dice textualmente: “Durante el examen de seguridad, los oficiales pueden pedir también que los propietarios enciendan ciertos dispositivos, incluyendo teléfonos móviles. Los dispositivos sin energía no serán permitidos a bordo del avión. El viajero también puede someterse a una inspección adicional”.
No existe una lista oficial de los aeropuertos que se van a ver afectados. Sin embargo, la BBC informa de que Heathrow (Londres) es uno de ellos. El Channel 4 británico también avanza que los iPhone y Samsung Galaxy ya han sido señalados para el escrutinio adicional en ciertos aeropuertos de Europa, Oriente Medio y África.
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