Apple volvió a dar la noche del martes (hora local española) una de cal y otra de arena en la presentación de sus resultados. La compañía siguió mostrando una salud financiera que ya querrían para sí muchas compañías, pero la caída, por segundo trimestre consecutivo, de las ventas del iPad volvió a sembrar dudas sobre si el éxito cosechado hasta ahora por la tableta de la compañía de la manzana se desinfla.
La empresa de Tim Cook vendió 13,2 millones de iPads entre abril y junio, un 9,2% menos que en el mismo trimestre del año pasado y un 19% menos respecto al trimestre anterior. Es la cifra más baja en un trimestre desde hace tres años. Los analistas habían previsto para el trimestre unas ventas de 14,4 millones de unidades. Las tabletas aportaron 5.889 millones de dólares a los ingresos trimestrales de la compañía, que entre todas las unidades de negocio sumó 37.432 millones, un 6% más frente al mismo periodo del año anterior, aunque por debajo de lo consensuado por los analistas consultados por Reuters, que habían previsto unos ingresos de 37.930 millones. Los beneficios netos de Apple, en cambio, sí superaron las expectativas, tras alcanzar los 7.750 millones de dólares, un 12,3% más.
Las ventas de iPads parecen demostrar que la proliferación de tabletas Android en el mercado y la recuperación de los portátiles (algunos de ellos combinando prestaciones de tabletas y otros con el Chrome OS de Google) está haciendo mella en la empresa que reinventó el tablet. Pero no todo está perdido, al menos sobre el papel, pues esta pérdida de peso del iPad en el negocio de Apple da más valor a la alianza que acaba de firmar la compañía de Cupertino con IBM. Con la ayuda del gigante azul y sus aplicaciones empresariales, la firma de Cook podría lograr revitalizar las ventas de sus iPads, al entrar con fuerza en el entorno corporativo. Un mercado que siempre se le ha resistido a Apple (pese a haber vendido 225 millones de iPads desde su lanzamiento en 2010), y donde Microsoft (con su tablet Surface), entre otras, quiere hincar el diente.
Dejando a un lado, sin embargo, las ventas del iPad, Apple se mostró fuerte. La compañía vendió la friolera de 35,2 millones de iPhones –pese a la fuerte compentencia en el negocio de los smartphones–. Un 13% más frente al mismo periodo del año pasado. La aportación del móvil a las cuentas de la compañía fue de 19.751 millones de dólares (uno de cada dos dólares ingresados).
También la división de Apple que incluye iTunes y la venta de aplicaciones, música, libros y otros contenidos multimedia ha elevado sus ingresos un 12% interanual, hasta 4.485 millones. Esta unidad es responsable, según los analistas, de que la compañía mantenga un margen bruto elevado, del 39,4% frente al 36,9% de hace un año. Otro dato positivo llegó desde Asia. El acuerdo de Apple con China Mobile ha empezado a dar sus frutos. Así, los ingresos provenientes del país asiático han ascendido un 28% interanual. Un crecimiento “sorprendente”, según dijo el propio Cook, que presumió de estar feliz. “Es la mejor ejecución de cualquier trimestre desde que estoy al frente de Apple”, dijo el directivo, que sabe que ahora los ojos de todos los analistas están puestos en sus esperados iPhones de mayor tamaño y en su reloj inteligente.
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