La resistencia es a estas alturas inútil. Cualquier usuario habitual de servicios de Google que además tenga un dispositivo Android es consciente de que la compañía lo sabe todo sobre él. Pero les faltaba todavía algo de información, aún no tenían control sobre lo que hacemos en el coche. Ahora, con Android Auto, eso cambia. Los usuarios ganan conectividad en el coche. Y Google, Google gana mucho más.
Empecemos por el principio: Google presentó esta semana en su conferencia para desarrolladores, Google I/O, entre otras muchas cosas, Android Auto. La respuesta directa al CarPlay de Apple, que viene siendo lo mismo pero con Android en vez de iOS, un Google Now para el coche. Los usuarios conectan vía cable el smartphone al coche y el navegador muestra Android Auto: una versión del sistema operativo pensada para la carretera, centrándose en lo que más hacen los conductores cuando están en camino. Mapas, música y comunicación.
El gran énfasis de Google con Android Auto está en la seguridad. Durante la presentación, repitieron en un par de ocasiones que el sistema permitía al conductor seguir con ambas manos al volante y los ojos en la carretera. ¿Cómo? Gracias a la navegación por voz: los usuarios pueden pulsar un botón en el navegador o en el volante y hacer preguntas y dar órdenes a Android Auto. “¿Cómo llego a casa desde aquí? Ponme algo de Katy Perry”. Las respuestas, cuando se necesitan, llegan también en forma de voz.
La idea está clara: que los usuarios de Android sigan utilizando sus smartphones (el sistema está en el teléfono, por lo que se actualiza cuando este se actualiza o se cambia a un smartphone más potente) también cuando están al volante. No perder esa ventana de oportunidad en la que, hasta hace no mucho, se descansaba de la conexión permanente (o, si no se renunciaba a ella, tenían lugar situaciones peligrosas).
Google gana la permanencia
¿Qué gana Google con Android Auto? Mucho. En primer lugar, más información y datos sobre lo que hace el usuario. Adónde suele conducir, qué música escucha cuando está en ruta, a quién escribe, etc. El sistema, según indicaron en la presentación, podrá hasta dar información sobre problemas que tenga el coche, gracias a los acuerdos de Google con muchos fabricantes. Está claro que si detecta una avería, también recomendará algún taller cercano. ¡Más oportunidades de publicidad más segmentada!
Pero quizá el mayor beneficio de Google con Android Auto no sea este, sino otro menos evidente: lograr que los usuarios sean fieles a Android durante mucho más tiempo. Si alguien tiene un coche con compatibilidad para Android Auto (de momento no parece que vaya a haber híbridos, que valgan tanto con Android como con CarPlay) y quiere cambiar de smartphone, lo más probable es que se haga con otro con el mismo sistema operativo. Las tentaciones de cambiar a iOS o a Windows Phone serán mucho más bajas. De coche se cambia menos a menudo que de smartphone.
Ahora el nuevo caballo de batalla será el de ganar a fabricantes de automóviles para que hagan coches compatibles. Durante la conferencia, Google anunció que ya tenían acuerdos con Ford, General Motors, Fiat Chrysler, Honda, Hyundai, Nissan y Volkswagen, lo que no está nada mal para comenzar. Apple, por su parte, tiene a Ferrari, Honda, Hyundai, Mercedes-Benz y una larga lista de futuros partners que se han comprometido (Citroën, Peugeot, Opel o Ford, entre otros).
Los coches autónomos quizá todavía tengan que esperar bastante, pero lo de los coches conectados es ya el presente. Con la entrada de Apple y Google, con sistemas sencillos que solo necesitan enchufar el smartphone a un coche compatible, y que aseguran además siempre la experiencia personalizada de poder cambiar de vehículo llevándote toda la información, ya no habrá quien dude. Los coches desconectados serán una reliquia dentro de no mucho tiempo.
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