El Congreso de Chile aprobó y despachó la Ley de Donante Universal, que establece que todos los ciudadanos mayores de 18 años podrán ceder sus órganos una vez fallecidos, a menos que explícitamente manifiesten lo contrario.
La iniciativa fue cursada en el Senado por 77 votos a favor y 4 abstenciones.
Ahora será tarea del gobierno de la presidenta Michelle Bachelet promulgar la ley, que permitirá mejorar la situación de unas 1.800 personas que están en lista de espera para realizarse un trasplante.
El ministro de Salud, Álvaro Erazo, destacó la decisión del Congreso y aclaró cuál será la alternativa para quienes no quieran donar sus órganos.
"Eso lo manifestarán cada vez que concurran al Registro Civil", dijo.
Esto quiere decir que los chilenos que se opongan podrán hacerlo explícito en su cédula de identidad o en su licencia de conducir, que serán los documentos oficiales que las familias tendrán para dar a conocer la negativa a la donación.
Un paso importante
La aprobación de la ley fue calificada como positiva por la Corporación del Trasplante, aunque en el organismo estiman que todavía será necesario mejorar el sistema de salud y educar a una población que mantiene muchas dudas, según su director, José Luis Rojas.
"Es una oportunidad de un cambio social que va a ayudarnos a largo plazo", señaló Rojas."La ley por sí sola automáticamente no va a significar que el próximo año tengamos una explosión en la donación ni mucho menos, pero lógicamente allana el camino", añadió.
El Congreso chileno puso especial énfasis en sacar adelante esta iniciativa, que en algún momento fue conocida como "ley Felipe Cruzat", en memoria de un niño de 11 años que murió el 3 de abril pasado luego de estar 93 días hospitalizado a la espera de un corazón.
Su padre, Gonzalo Cruzat, fue uno de los principales impulsores de la medida, y tras enterarse de la decisión parlamentaria destacó que "no es la solución al problema completo, pero es un paso importante que va a permitir dar otros pasos que reviertan los números".
Lista de espera
Según datos de la Corporación del Trasplante, en Chile se reciben entre 120 y 130 donaciones al año (118 en 2008), que permiten realizar unas 300 intervenciones para quienes están a la espera de un órgano.
Estas cifras representan una tasa de alrededor de 7 por millón de población, que es inferior a la de otros países como Argentina (14 por millón), Uruguay (25 por millón) o España (35 por millón).
Para el doctor José Luis Rojas, el objetivo como país será aspirar "a tener por lo menos alrededor de 250 ó 300 donantes al año para recién poder acceder a frenar un poco el crecimiento de la lista de espera".
El proyecto modifica la ley de trasplante vigente desde 1997, que establece que un donante debe explicitarlo en el carnet, la licencia u otro documento, y deja en la familia del afectado la última palabra sobre la intervención.
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