Fuente: INFOBAE.
Consume poca energía, da más calidad de imagen y fue presentada como el futuro de todas las pantallas, pero hasta ahora, la tecnología de pantallas orgánicas languidece en los almacenes de los fabricantes.
Las pantallas de diodos orgánicos emisores de luz con matriz activa (AM-OLED, en sus siglas en inglés) están apareciendo con retraso en los teléfonos inteligentes más caros, ahora que los fabricantes aprovechan esta tecnología para tener algo de ventaja en un sector de dura competencia y en el que las características importan más que el precio.
Samsung Electronics, el segundo fabricante de móviles del mundo y principal defensor de esta tecnología, tiene ocho modelos con pantallas orgánicas y tiene previsto lanzar otras 10 para final de año.
A su vez, el líder mundial del mercado, Nokia, lo ofrece en sus terminales de gama alta N85 y N86 (en la foto), intentando defenderse de rivales como Research In Motion y Apple en el campo de los teléfonos inteligentes, que tienen características similares a las de una computadora sencilla.
Los aficionados a la tencología señalan que si bien las pantallas AM-OLED para móviles son entre un 50 y un 80 más caras que las LCD convencionales, y su precio las ha mantenido lejos de la producción en masa, su hora podría haber llegado.
"Creo que la economía de esto es irrelevante en cierto modo", afirmó a la agencia Reuters, Ben Wood, analista de la empresa de investigación móvil CCS Insight. "Es un auténtico diferenciador. Predigo que verán dispositivos con AM-OLED en todos los grandes fabricantes de aquí a 12 meses".
Sin embargo, hasta ahora no han logrado despegar por algo. Son más caras de producir, y el suministro está limitado a unos pocos fabricantes, principalmente Samsung Mobile Display, que tiene el 97 por ciento del mercado.
"No tengo dudas de que crecerá a largo plazo. Pero no estoy seguro de si todos los jugadores van a seguir inmediatamente la tendencia marcada por Samsung", señaló Oh In-bum, analista de Dongbu Securities.
El atractivo de estas pantallas reside en la fina capa de materiales orgánicos que les permiten brillar por sí mismas, a diferencia del cristal líquido (LCD), lo que lleva a pantallas más delgadas que utilizan menos energía, se enorgullecen de una respuesta más rápida y tienen colores más vívidos.
Los analistas esperan que sus precios bajen conforme aumenta la producción, levantando el mayor obstáculo para que sea adoptado a nivel masivo.
"Las tecnologías han ido avanzando a un ritmo más rápido del esperado e incluso en la crisis, los consumidores están deseando comprar productos de gama alta", dijo Kim.
Sin embargo, algunos expertos tienen expectativas más bajas, dado que muchos fabricantes siguen cómodos con las pantallas LCD producidas en masa.
Vinita Jakhanwal, analista de iSuppli, calcula que los teléfonos con AM-OLED supondrán sólo en torno al 10 por ciento de los terminales vendidos en 2013.
"Esto sigue significando que el LCD tiene el grueso del mercado", afirmó. "Las pantallas LCD también evolucionan, y están mejorando su rendimiento".
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