Anaglifo. Las gafas 3D de toda la vida, las de dos lentes con sendos filtros de color rojo y azul, son la apuesta de Disney para 'G-Force', la versión en consolas de su última película de animación. Una propuesta que, en cualquier caso, es una opción para aquellos que se mareen o no les guste el resultado.
'Disney' quería experimentar esta técnica, y nada mejor que elegir un juego protagonizado por una cobaya espía. Por ello regala dos gafas, aunque permite al usuario disfrutar de los más que dignos gráficos del juego original.
'G-Force' es una propuesta interesante. Es un juego que combina accion y puzzles y que permite controlar dos personajes: Darwin, la versión cobaya de Sam Fisher de 'Splinter Cell' (muy, muy simplificado) y su inseparable Mooch, una mosca capaz de ralentizar el tiempo para colarse por los conductos de ventilación.
Como buen juego de Disney, nuestro conejillo de indias es lo único que se interpone de forma poco violenta del malo que quiere conquistar el mundo. En este caso, su plan es activar los robots ocultos como electrodomésticos que hay en cada hogar. Nada turbio, todo correcto.
El control de los personajes está muy bien conseguido. Desplazarse a cuatro patas por escenarios humanos, utilizar el 'jet pack' o esquivar rayos láser con la mosca es muy fácil. A veces hay que coger objetos y moverlos a otro punto una llave ya es un buen peso para una cobaya que no tiene bolsillos-, en otros momentos hay que esquivar guardias y cámaras subiendo por tuberías o esperando el momento adecuado tras una caja. Incluso en alguna ocasión se pilota el vehículo especial de estos roedores.
La mosca puede 'hackear' puntos de acceso para permitir pasar a la cobaya, y esta tiene las tipicas armas -rifle, latigo- para acabar con los enemigos. Los combates no están mal, pues los distintos tipos de rivales -maquinas de café, ordenadores, lamparas...- tienen diferentes puntos debiles. No obstante, tampoco es un juego de guerra.
Curiosidad, mareo y buenos gráficos
La posibilidad de jugar con gafas 3D resulta interesante el algunos momentos del juego. La sensación de profundidad está lograda. Por ejemplo, cuando la mosca se mueve por la pantalla realmente parece que esté fuera del televisor. Además, el protagonista también gana muchísimo volumen respecto al escenario.¿Se puede jugar así toda la partida? Sí, aunque quizás resulte cansino. Al configurar dos capas de color se pierde mucho detalle en pantalla y los tonos son muy apagados. Nada que ver con el modo normal, en el que los escenarios son coloridos y los modelos de personajes y objetos están bastante trabajados.
Respecto a la posibilidad de marearse con las gafas, esta es real. Jugar así durante mucho tiempo puede agotar, y puede que algunos jugadores lo lleven peor que otros.
En resumen, 'G-Force' es un plataformas entretenido, apto para todos los públicos y con alguna curiosidad como lo de las gafas 3D. Es el típico juego que puede ser interesante para partidas cortas, aunque peca de poca variedad.
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