Fuente: Blog de Enrique Dans.
Una tendencia curiosa que comenta Wired en “Tots Getting Internet Identity at Birth“: un número consistentemente creciente de padres toman la decisión de, coincidiendo con el nacimiento de su nuevo hijo, adquirir el dominio de Internet con su nombre si éste está disponible. En algunos casos, según la revista, la cosa llega incluso al punto de influenciar la toma de decisiones sobre el nombre de la criatura en función de que exista o no un dominio disponible con su combinación de nombre y apellido (no me quiero ni imaginar como puede acabar llamándose si el apellido es algo común como Smith).
La idea es reservar la “identidad online” del bebé con la idea, simplemente, de que posiblemente pueda serle útil más adelante. Con el protagonismo que cosas como las redes sociales, los blogs o las páginas de fotos están adquiriendo en la vida de los jóvenes, la cosa puede tener su aquel, y con precios a partir de unos nueve dólares al año, a poco que le vayas dando un cierto uso a la página, cuando tenga uso de razón ya tiene dominio y hasta un PageRank razonable para que sus amigos le encuentren fácilmente… :-)
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