En el mundo hay 5.000 millones de líneas de teléfonos celulares, tres veces más que la cantidad de números fijos. Son miles de millones de dispositivos que cada año quedan desactualizados y que si bien no todos son renovados, muchos terminan en la basura o en el baúl de los recuerdos.
Se trata de una cantidad ingente de plástico, metales, cerámica, vidrio... Materia prima que se necesita para fabricar los nuevos dispositivos y de la que sólo se recicla un 5%.
Esto sin contar la cantidad de energía requerida por las operadoras para las transmisiones; lo que hace que las tecnologías de comunicación e información sean responsables del 2,8% de las emisiones de carbono, según la organización Global e-Sustainability Initiative (GeSI).
Es por esto que en el Congreso Mundial de Telefonía Celular (Mobile World Congress) que se celebra esta semana en Barcelona, España, un grupo de expertos en el sector de comunicaciones se reunió para discutir qué iniciativas se están tomando y deben seguir tomando para evitar que la temperatura del planeta aumente más de 2ºC.
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Si bien existió un consenso generalizado a favor de las energías verdes, las razones para adoptar tecnologías limpias tuvieron un peso más económico que medioambiental.
Solución para otros
Según Elaine Weidman-Gruinewald, de GeSi, éste es el momento ideal para que las empresas especializadas en tecnología móvil se hagan un espacio en el debate del cambio climático y tengan más presencia en el mercado empresarial.Weidman-Gruinewald sostiene que si las industrias utilizaran más conexiones remotas u oficinas virtuales, se reducirían las emisiones de CO2 producto de viajes para conferencias o reuniones de negocios.
"Creo en que no sólo somos una, sino muchas soluciones", señaló por su parte Eric Ekhern, de Telenor Group, quien aclaró que para ser la respuesta también deben predicar con el ejemplo.
"Somos parte de una industria en crecimiento y muchos creen que el crecimiento es parte del problema, yo considero que somos parte de la solución, agregó".
Beneficio verde
Pero para el grupo de expertos en telecomunicaciones, la implementación de energías verdes en sus infraestructuras, además de reducir las emisiones les puede ahorrar mucho dinero.La clave es reemplazar el diesel, usado para los generadores, ya que de acuerdo con Marc Fossier, de Orange, el precio del petróleo está aumentando los costos del sector.
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Al respecto Jagbir Singh, de la india Bharti AIrtel, considera que la mejor forma de reducir las emisiones de carbono —y ahorrar en gastos— es compartiendo las torres de retransmisión entre varias operadoras. De esta forma todos ganan y se aseguran el consumo mínimo de energía.
"Tiene sentido para nosotros, para la sociedad y para el planeta", comentó Singh.
Rentabilidad
El problema para las empresas de telecomunicaciones radica en que la tecnología limpia existente para el sector es o bien muy costosa o inviable para grandes escalas.Los expertos presentes en el Congreso aseguraron no tener inconvenientes en empezar a vender teléfonos de recarga solar si éstos no fueran tan caros tanto para su producción como para la venta en países en desarrollo donde la inexistencia de líneas eléctricas hace del diesel un artículo de primera necesidad.
En cuanto a la utilización de energía fotovoltaica en las empresas, Weidman-Gruinewald, aclara que a gran escala se necesitaría de grandes extensiones de tierra para colocar las placas requeridas.
Esto sin contar las limitaciones geográficas, pues las características climatológicas (falta de sol o de vientos fuertes) de cada región también son determinantes a la hora de escoger la fuente de energía.
¿Y la materia prima?
Uno de los puntos que los expertos en telecomunicaciones pasaron por alto fue el impacto del coltán, el mineral que se usa no sólo en los celulares, sino en la fabricación de avanzados componentes electrónicos y cuya extracción ocasiona deforestación, contaminación y trabajos forzados, entre otros.El 80% de la reserva de coltán (combinación de columbita y tantalita) se encuentra en la República Democrática del Congo, considerado el segundo pulmón del planeta (después del Amazonas) con 100 millones de hectáreas de selva y el 70% de agua dulce en África.
El kilo de coltán para los mineros puede llegar a valer hasta US$5, aunque en el mercado internacional su valor asciende hasta los US$500.
El limo, procedente de la extracción del coltán, es fatal para los invertebrados y reduce la fotosíntesis de plantas acuáticas. Mientras que su extracción requiere de la deforestación de grandes extensiones de selva.
"A la vez que hablamos de sostenibilidad, las compañías inundan el mercado de terminales para lo que no hay un plan de reciclaje", le explicó a BBC Mundo Federico Bogdanowicz, del Instituto Jane Goodwall.
Actualmente no existe un material que pueda sustituir las propiedades de superconductividad, ultrarrefractario y resistencia a la corrosión que tiene el coltán.
El paladio es lo más cercano, pero según expertos no es tan eficiente.
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