El cada vez más conocido servicio de música a la carta Sotify ha mordido la manzana de Apple. Pero a diferencia de los incondicionales seguidores de la empresa de Steve Jobs, este portal ha dado un bocado grande al mercado que hasta ahora dominaba iTunes con un modelo que parece convencer a las discográficas y a los internautas.
Con siete millones de usuarios repartidos entre seis países (España, Francia, Reino Unido, Noruega, Suecia y Finlandia) Spotify es candidato a convertirse este año en el negocio de la Red más revolucionario de los últimos tiempos.
Su servicio, que permite a los usuarios escuchar música sin límites en directo y gratis a través de Internet a cambio de ver anuncios, o mediante el pago de una cuota mensual de 9,99 euros, ha conseguido atraer la atención de los operadores de telefonía móvil, que podrían utilizarlo pronto en España, donde ya cuenta con un millón de seguidores, como gancho para captar nuevos clientes de 'smartphones', según avanzó el director mundial de desarrollo de Spotify, Faisal Galaria.
Así ocurre ya en Reino Unido y Suecia, donde el operador británico 3 y el sueco Telia Sonera han firmado un acuerdo con la compañía para incluir en sus tarifas planas de Internet para el móvil el acceso a la música a la carta que ofrece Spotify.
Gracias a acuerdos firmados con diferentes discográficas, desde este portal se puede acceder a 5,5 millones de canciones de manera 'legal' y rentable para sus creadores, que ganan dinero gracias a un modelo mixto basado en la publicidad 'online' y las cuotas de sus abonados que no quieren que los anuncios interrumpan las canciones.
Rediseño
Aunque Spotify sólo lleva funcionando un año, sus responsables lanzarán en un plazo inferior a mes y medio un rediseño del portal en el que perfeccionarán su oferta e incluirán algunas novedades, como un mejor servicio de recomendaciones de música al usuario en función de los grupos que suela escuchar.
Para poner esto en marcha y prepararse para atender a un previsible incremento del número de usuarios, la compañía europea está haciendo un alto esfuerzo inversor de "millones de dólares", explica el directivo. "Esto no es Facebook, donde los usuarios cuelgan dos palabras y alguna foto", ironiza Galaria antes de recordar la alta capacidad tecnológica necesaria para ofrecer su servicio.
De hecho, para acceder a Spotify es necesario tener una invitación, ya que en un intento por abrir el servicio a todo el mundo la web se colapsó ante la llegada de 250.000 nuevos clientes en un sólo día, reconoce el citado responsable.
Esto se explica porque el 'streaming', tecnología que utiliza Spotify, deja obsoletas a las polémicas descargas, pero consiste en retransmitir en directo la música por lo que es necesario contar con servidores muy potentes que la compañía tiene ubicados en Estocolmo, Londres y Estados Unidos. Cuando termine sus inversiones en tecnología aterrizará en nuevos mercados, avanza Galaria.
'boca-oreja'
El 'boca-oreja' ha permitido a Spotify centrar toda su inversión en mejorar su servicio y no destinar ni un solo euro en publicidad para captar a sus siete millones de usuarios. "Lo importante es invertir en entusiasmar al cliente", afirma Galaria, que esta semana ha visitado en Mobile World Congress de Barcelona para reunirse con varios operadores de telefonía móvil.
Lo que sí hace Spotify con la publicidad es ganar dinero. Sus usuarios se conectan al servicio una media de 70 minutos tres veces por semana, es decir más de 800 minutos mensuales en los que escuchan un total de 650 canciones.
Además el perfil de internauta que accede a Spotify es de una edad media de 30,2 años, de los que el 55% son hombres. Esta información permite segmentar la publicidad. "Si un anunciante quiere llegar a mujeres, de 35 años, que sólo vivan en Madrid, puede hacerlo", señala Galaria, que fue uno de los artífices el éxito de Skype, la herramienta para hablar gratis en Internet.
Para gestionar la publicidad, en cada uno de los países en los que ofrece servicios, Spotify cuenta con una oficina local en la que trabajan entre 6 y 7 personas.
'Diferentes' a iTunes
Pese a que su negocio se basa en la música 'online', Galaria prefiere no comparar su servicio con el de Apple. "No es nuestra competencia porque somos diferente a iTunes. Con Spotify no puedes descargarte la música a un MP3. Nuestro DRM (derechos de autor digitales, en sus siglas en inglés) es diferente", dice.
El único rival desleal del mercado es, según el directivo, la llamada 'piratería'. Y por ello, su mayor reto es que su servicio sea "fácil de usar y asequible" para acabar con la oferta de música ilegal en la Red.
Spotify está disponible para el iPhone y ahora quiere adaptarse al nuevo iPad. "Queremos estar en todos los sitios en los que el usuario esté: móvil, PC, televisión...", asegura el ejecutivo. Y con esta idea, la compañía negocia con varios fabricantes de coches incluir un dispostivo en los vehículos que se conecte a Internet a través de un WiFi para actualizar la música y almacenarla de manera que pueda ser escuchada después en la carretera.
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