Fuente: La Vanguardia.
Quizá la imagen que mejor ilustre la tendencia de la nueva edición del Mobile World Congress (MWC) sea la ausencia de Nokia, una firma que el año pasado desplegó un enorme pabellón en el recinto barcelonés, en el que mostró sus mejores plumas para presentar sus principales novedades - el N97 era proclamado como un rival imbatible del iPhone-,y un año después la compañía finlandesa se presenta fuera de la feria de Barcelona y organizará una pequeña muestra paralela por su cuenta fuera del recinto ferial, en la sede de la ONCE.
La clave de esta edición es que la tendencia en telefonía móvil viene marcada un año más por una compañía que no acude a Barcelona para el congreso de telefonía: Apple.
La satisfacción de sus usuarios y su gran variedad de aplicaciones es lo que señala la diferencia entre el éxito y el fracaso. En cierta forma, podría decirse que el iPhone se comporta como Rita Hayworth en Gilda:Sólo se quita un guante, ¡pero cómo lo hace!
De la misma manera, el móvil de Apple ha redefinido todo el sector basando su producto en la satisfacción del usuario por la forma en que ejecuta sus funciones, más que en la profusión de características muy novedosas o de gran potencia. ¿De qué sirve una cámara de 10Mpsi manejarla es un embrollo? La del iPhone es más limitada en definición que la mayoría de las de sus rivales, pero es la más usada entre todas.
Más de 140.000 aplicaciones diferentes están a disposición de los cerca de 50 millones de usuarios del teléfono de Apple. Todos los desarrolladores quieren hacer programas para el iPhone y su tienda en línea, la Appstore, es un éxito arrollador. A su sombra, las tiendas de aplicaciones se han convertido en una moda que todos, fabricantes y operadores, tratan de emular en la línea de la marca de la manzana.
¿Cómo pueden competir sus rivales? Probablemente en la misma línea, y con productos que satisfagan a los usuarios en un grado elevado. Por eso el elemento emergente que más se aproxima a Apple en este momento es Google, con su sistema operativo Android y una tienda de aplicaciones con 20.000 programas, aún lejos de Apple, pero muy satisfactoria para sus usuarios por la variedad y, en muchos casos, por la calidad de los programas que se ponen a su disposición.
¿Y qué hace Microsoft? La multinacional de Redmond busca su resurgir a partir de un nuevo sistema operativo que supere a Windows Mobile, que se ha quedado clavado en el pasado mientras Apple y Google daban un salto hacia el futuro.
A la espera del nuevo sistema Windows Phone que Microsoft presentará en Barcelona esta semana, la compañía intentó mantenerse en el mercado con una evolución de su antiguo sistema. El cambio de verdad debe llegar ahora y servir a la multinacional para corregir al menos el gran desfase con sus rivales.
En la batalla del software, Nokia, el mayor fabricante mundial, parece estar a la expectativa, entre una mejora de su sistema Symbian, y Maemo, una solución basada, como Android, en Linux. En enero, la firma finlandesa optó por regalar a sus usuarios los mapas para GPS como forma de crecimiento. Otras grandes firmas, como Sony Ericsson, Samsung y LG, también evolucionan hacia la mejora de las capacidades de software y las tiendas on line.
Después de años de evolución del hardware para reducir tamaños, ampliar la velocidad de transferencia de datos y conectar entre sí numerosos elementos dentro de una misma carcasa, el software se ha revelado como la clave que permite que los móviles se conviertan en máquinas versátiles que tienen numerosas aplicaciones prácticas en el trabajo y en el ocio. Y algunos han entendido que la esencia de todo es hacérselo fácil a los usuarios.
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