No es Silicon Valley, pero en la pequeña oficina de Fonyou, situada en el espacio universitario de La Salle de Barcelona, cabe hasta un futbolín. Unas 15 personas, trabajando en un espacio acristalado, forman la primera operadora móvil virtual de España. Fernando Núnez, consejero delegado y uno de los tres fundadores de la compañía -junto a Clemens Rossberg y Albert von der Recke- se ha dejado el móvil en casa. No hay problema, un click y tiene desviadas las llamadas al número de la oficina.
"En definitiva, lo que hace Fonyou es convertir la telefonía móvil en algo parecido al email", resume este experto en telecomunicaciones e Internet con un currículum en el que cabe hasta la Agencia Espacial Europea.
"Siempre he soñado con unir estas dos tecnologías. Y unirlas no significa conectarte a Internet desde el móvil, sino llevar el móvil a Internet y controlarlo desde ahí", apunta Núñez. Y eso significa controlar, desde una página similar a la del correo electrónico, las llamadas que realizas, desde dónde, cuáles recibes en cada número, qué números 'pesados' mandas de cabeza al buzón de voz... y un sinfín de etcéteras. Todo esto, además, gestionado a golpe de click y sin tener que escuchar las eternas grabaciones de los servicios de atención al cliente.
Por el momento, ofrecen todos estos servicios sobre un número de teléfono exactamente igual al de cualquier operadora española -nueve cifras que empiezan por 6- que funciona como segundo número y que ya disfrutan de forma gratuita millares de personas. Son los "usuarios fundadores", como los denomina él.
Ni operador raso ni Google Voice, lo del medio
Para quien no conozca la compañía, todo esto le sonará a Google Voice. Una similitud que Núñez quiere descartar desde el minuto uno: "Nuestro desarrollo es independiente al de Google Voice. La diferencia fundamental es que nosotros somo una operadora, jugamos en el terreno de ser una empresa de comunicación, no una empresa de Internet que ofrece servicios de telefonía".
Pero tampoco son una operadora normal. Nacieron en 2006, con la liberación de las telecomunicaciones, para responder a una pregunta: "¿Cómo sería la telefonía móvil si la volviésemes a crear ahora que existe Internet?". Para empezar, tendría mucho que ver con las redes sociales. Es justo de ese pozo de conexiones en red del que Fonyou recibe su 'feedback'. "A veces nos hemos dado cuenta de que teníamos un problema gracias a Twitter", admite. "Apenas recibimos llamadas, la comunicación con nuestros usuarios es a través del correo electrónico". Se acabaron los 'call centers'.
Y aunque su objetivo primero es convertirse en un "operador de servicios de comunicación para usuarios avanzados", la compañía también vende la licencia de su tecnología a operadores internacionales y prepara su gran proyecto para 2010: comercializar sus propias tarjetas SIM. Esto es, pasar de ofrecer un segundo número de teléfono para usuarios avanzados a dar el salto y convertirse en un operador de primer número. "Existen usos muy interesantes para un segundo número", admite Núñez, "pero la mayoría de la gente sólo tiene un móvil".
Este paso supone dos grandes cambios en la idiosincracia de la compañía. El primero, la comercialización de teléfonos móviles aunque, promete, a un precio "que cubra los gastos de distribución, donde queremos hacer negocio no es en la venta de móviles".
Y es que, critica, "una de las trampas de la telefonía actual es la subvención" de los aparatos. "Ahora el usuario ve valor en el móvil, le da igual el operador. Precisamente una de las misiones que tiene Fonyou es que el valor esté en el operador gracias a los servicios que ofrece y no en el teléfono", continúa.
El otro cambio radical al que se someterá la compañía es pasar a facturar llamadas y mensajes, algo que, con la excepción de algunas llamadas internacionales, hasta ahora ofrece de manera gratuita. ¿La fórmula? Optar por tarifas claras ("hasta ahora casi nadie sabe realmente cuánto paga por llamar") y "fórmulas creativas" en forma de paquetes por nivel de servicio, como un adsl de la telefonía.
En un mercado como la telefonía móvil, con un crecimiento desmesurado durante los últimos diez años, es difícil pensar que los grandes operadores estén dispuestos a compartir parte del pastel, pero Fonyou firmó un acuerdo de operador móvil virtual con Telefónica en 2006 para poder usar su red. Para Núñez, no es una cuestión de competencia directa, sino de futuro. Y pone como ejemplo la banca online, que nació como un servicio diferenciado de los bancos tradicionales y, al final, forzó a todos los bancos y cajas a ofrecer sus servicios también por Internet.
Ahora, ellos nacen como el único operador móvil virtual español pero, en unos años, "todo se controlará desde Internet. No sólo mensajes y llamadas, sino un mundo de comunicación", augura.
Fernando Núñez adelanta, además, otro de los proyectos que se cuecen en el laboratorio de esta firma: "Ofrecer un número de teléfono a los españoles que trabajan en el extranjero para que puedan recibir llamadas y mensajes de su móvil español sin tener que depender del 'roaming', que es muy caro y no siempre funciona".
El teléfono sólo como instrumento
"El futuro de la telefonía móvil pasa por Internet", repite Núñez como un dogma. "El concepto teléfono evolucionará y estará más integrado. Será algo más transparente. Sólo un instrumento", explica. Para esta evolución también tiene un ejemplo: "Será como la televisión, que ha pasado de ser un servicio a convertirse en un dispositivo, de televisor a pantalla, en la que puedes conectar tu teléfono, tu ordenador, escuchar música... Es la independencia entre el contenido/servicio y el dispositivo".
Sea un pinganillo en la oreja o un mini ordenador, el futuro que augura Núñez pasa por que lo tangible (el aparato) deje paso a lo intangible (la comunicación).
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