Científicos en Estados Unidos desarrollaron un método no invasivo para bloquear el miedo y la ansiedad que provocan las fobias en los seres humanos.
Según afirma el estudio publicado en la revista Nature, los investigadores lograron, por primera vez y sin usar fármacos, eliminar de la mente de voluntarios los pensamientos que provocan miedo y ansiedad.
Lo lograron cambiando la forma como los recuerdos se establecen en la mente.
Los investigadores de la Universidad de Nueva York afirman que pudieron neutralizar de forma efectiva esos pensamientos actuando en un "período crítico de seis horas" que los seres humanos tenemos después de que se ha formado un pensamiento de miedo.
Según los científicos, los resultados del estudio podrían eventualmente ayudar a las personas que sufren trastornos de ansiedad o de estrés postraumático.
"Nuestros resultados muestran un enfoque no farmacológico y naturalista para para manejar de forma más efectiva los recuerdos emocionales" afirma la doctora Elizabeth Phelps, quien dirigió el estudio.
"Inspirándonos en estudios de ciencia básica con roedores, estos nuevos hallazgos en humanos abren nuevos posibilidades de poder desarrollar mejores terapias para el tratamiento de trastornos de ansiedad, como trastorno de estrés postraumático" afirma la investigadora.
Memoria "flexible"
Durante mucho tiempo los científicos han tratado de entender cómo se forman los recuerdos y pensamientos de miedo que provocan fobias.
Se cree que éstos se establecen como una respuesta emocional del organismo a objetos o eventos que previamente han estado vinculados a una situación de peligro potencial.
Se sabe que con el tiempo esas respuestas emocionales pueden disiparse -en un proceso llamado extinción- cuando la persona experimenta el mismo evento en un ambiente seguro.Cuando ocurre esa extinción, explican los investigadores, el recuerdo de miedo queda solamente suprimido, no borrado, y por ello esos miedos pueden volver surgir bajo ciertas condiciones, incluso no relacionadas al evento original, como el estrés.
En algunos casos el resurgimiento del miedo puede provocar trastornos de ansiedad.
Por eso durante mucho tiempo, los científicos han estado tratando de encontrar formas de evitar el regreso de esos recuerdos.
En el estudio, los científicos crearon recuerdos de miedo en los voluntarios provocándoles con electrodos una leve descarga eléctrica a la vez que les mostraban imágenes de cuadrados de distintos colores, un proceso conocido como condicionamiento clásico de miedo.
Se sabe que el condicionamiento ha sido exitoso cuando el individuo muestra una respuesta de miedo ante la imagen cuando ésta se le presenta sin la descarga eléctrica.
En los voluntarios el recuerdo de miedo se midió analizando la reacción eléctrica en la piel cuando se les mostraba la imagen.
Al día siguiente, los investigadores trabajaron en el proceso para desterrar el miedo y volvieron a exponer a los voluntarios a la misma imagen pero esta vez sin la descarga eléctrica, el llamado entrenamiento de extinción.
Descubrieron que el procedimiento funcionaba para borrar la respuesta de miedo de los voluntarios, pero sólo cuando se les sometía al entrenamiento de extinción después de que se les hacía recordar la experiencia de miedo original.
Período crítico
Aún más importante, descubrieron que la extinción funcionaba sólo si ese recordatorio se llevaba a cabo en las seis horas previas al entrenamiento de extinción.Y el entrenamiento sólo bloqueaba el miedo al cuadrado de color específico con el cual se le había provocado el condicionamiento clásico de miedo, lo que sugiere, según los investigadores, que la extinción es altamente específica.
"El tiempo quizás tienen un papel más importante de lo que creemos en el control del miedo" dice la doctora Phelps.
"Nuestra memoria recupera el último pensamiento de miedo que tuvimos y no el exacto evento original" agrega.
Los científicos creen que este entrenamiento podría funcionar también en el tratamiento de otros trastornos emocionales.
Tal como señala la doctora Daniela Schiller, otra de las autoras del estudio, "nuestra investigación revela que a lo largo de nuestra vida hay períodos críticos donde nuestra memoria es susceptible a que se le cambie de forma permanente".
"Si entendemos la dinámica de la memoria podríamos, en el futuro, abrir nuevas avenidas de tratamiento para trastornos que involucran recuerdos emocionales anormales", expresa la investigadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario