Cuando fueron presentados en su conferencia de desarrolladores de 2012, los Glass de Google acapararon la atención de todo el mundo al presentarse como una nueva forma de interactuar con la tecnología. Con el paso del tiempo, mientras los desarrolladores comenzaron a experimentar con el dispositivo, comenzaron los planteos sobre la invasión a la privacidad, las normas de cortesía de uso y las limitaciones del hardware.
Pasaron más de dos años desde su anuncio, y los Google Glass planean renovarse para el próximo año de la mano de un chip de Intel, la compañía elegida para potenciar los anteojos inteligentes, de acuerdo a un reporte del diario estadounidense The Wall Street Journal.
Desde 2015, el objetivo para los Google Glass serán los centros médicos y las líneas de producción de las fábricas, dos destinos muy diferentes al público que se planteó la compañía en un principio. Asimismo, la asociación con Intel le permitirá a la compañía utilizar Quark, un microprocesador especial para optimizar la autonomía de la batería, uno de los puntos flojos del equipo.
De esta forma, Intel logra aliarse con uno de los dispositivos emblema de Google en el terreno de los dispositivos vestibles (wearables technologies) un área que el fabricante de chips tiene en la mira. De forma reciente presentó Mica, un brazalete inteligente que recibe notificaciones de diversos servicios online sin tener la necesidad de estar sincronizado con un smartphone.
Asimismo, también logra darle continuidad a su estrategia de expandirse más allá de las computadoras personales y dispositivos móviles con los diversos lanzamientos anunciados en la feria CES de 2014, en donde mostró varias de las tecnologías que planea desarrollar en el mundo de la tecnología para vestir.
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