La drástica reducción en las previsiones de ventas que Nintendo se vio obligada a anunciar hace unos días ha hecho saltar todas las alarmas en las oficinas de la compañía de videojuegos más veterana. Si en los cálculos del gigante japonés para el presente año fiscal se esperaba vender 9 millones de Wii U en todo el mundo, al final la cifra de ventas de su consola de sobremesa apenas llegará a los 2,8 millones de unidades; y lo mismo ocurrirá con su portátil 3DS, de la que esperaban vender 18 millones de unidades antes del próximo 31 de marzo, pero que se quedará en 13,5 millones.
Por tercer año consecutivo, la "gran N" se va a ver obligada a tener que afrontar un nuevo ejercicio con el saldo en negativo, pero el verdadero quebradero de cabeza para la empresa de Super Mario no son tanto las pérdidas de hoy sino la incertidumbre del mañana.
A pesar de que las previsiones de la portátil no hayan llegado a la cifra deseada, el verdadero problema de la compañía de Kyoto es el recorte de ventas de casi un 70% en su consola Wii U. Un golpe del que difícilmente va a poder levantarse, pero también un mazazo para la filosofía del "software vende hardware" en la que el presidente de Nintendo, Satoru Iwata, ha confiado ciegamente en los últimos años, y que realmente no parece estarles funcionando si se tienen en cuenta las discretas ventas que está tenido su juego estrella, Super Mario 3D World.
Ahora bien, la pequeña 3DS también tuvo unos inicios difíciles cuando salió a la venta a principios de 2011, pero pudo salir adelante y remontar la situación después de un recorte en el precio y de una serie de lanzamientos exitosos como los de Pokémon o Animal Crossing. El problema con Wii U es que ni siquiera con el recorte de precio del pasado año se ha notado que hayan aumentado las ventas, así que toda la responsabilidad sobre el futuro de la máquina va a recaer en los juegos que Nintendo lance este 2014.
Ya hay varios grandes títulos anunciados para Wii U para este año, como son la llegada de nuevas entregas de Mario Kart y Smash Bros, dos de las franquicias más populares de la compañía, pero igualmente no parecen suficientes para levantar la situación. Mientras sus competidoras PlayStation 4 y Xbox One cuentan para los próximos meses con decenas de juegos provenientes de todos los estudios, el apoyo que está recibiendo Wii U por parte de las editoras de software es cada vez menor, y los últimos resultados de ventas de la máquina no van a ayudar a que esto mejore.
Nintendo se encuentra ante un grave problema de abastecimiento, pues depende casi únicamente de sus propias producciones para sacar adelante sus dos consolas, y a pesar de tratarse de la compañía que más juegos lanza cada año, sus últimos lanzamientos están empezando a notar cierto agotamiento, y esto es algo que a la larga puede dañar la imagen de calidad que siempre han tenido sus títulos.
Es ante esta situación que estos días se ha venido elucubrando mucho sobre el futuro de esta compañía centenaria, especialmente después de que el propio Iwata haya desvelado a Bloomberg que están pensado en "nuevos modelos de negocio". El polémico analista de mercado Michael Pachter da por perdida la situación de Wii U y aconseja a Nintendo abandonar por completo la máquina para centrarse en desarrollar software para otras consolas, como hizo SEGA hace unos años tras el lanzamiento de su última consola, la Dreamcast.
Otra teoría menos alarmista y bastante más extendida es la que sostiene el periodista de GamesIndustry, James Brightman, el cual aconseja a Nintendo que se centre en crear una nueva máquina que una los conceptos de las consolas de portátiles y de sobremesa en un solo dispositivo, de esta manera debería abastecer una sola consola en lugar de dos, cosa que facilitaría mucho las cosas. Paralelamente, otra de las apuestas que están sobre la mesa es que Nintendo se decida finalmente a lanzar sus juegos en dispositivos móviles, y precisamente en esta dirección parecen apuntar los últimos rumores a los que apunta el diario japonés Nikkei, según los cuales Nintendo estaría trabajando en pequeños minijuegos para smartphones con el objetivo de intentar atraer a la audiencia hacia sus máquinas.
Nintendo sigue pagando su reconocido error al comunicar Wii U al mercado –mucha gente sigue sin saber que es una consola distinta a su predecesora Wii– y mientras tanto se le presenta uno de los años más decisivos desde que fuera fundada en 1889 como compañía de naipes. En su larga historia "la Disney de los videojuegos", como la definió el periodista Javier Candeira, ha tenido que afrontar cambios radicales para sobrevivir y, probablemente, este sea el momento de volver a hacerlo.
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