Que el festival de Eurovisión se iba a poder seguir por Twitter y Facebook era, naturalmente, una broma del 28 de diciembre. Sin embargo, no es una idea tan descabellada a tenor de las experiencias que se están llevando a cabo en los medios tradicionales y, más concretamente, en la televisión. En septiembre del año pasado, informábamos en Weblog Magazine, de la promoción de la serie Fringe utilizando Twitter. Pero, más cercanos, tenemos algunos casos del uso de esta plataforma de microblogging como medio de interacción con los televidentes.
En julio de 2009, el programa Nick dut Nik del tercer canal de Euskal Telebista (ETB), ofrecía la posibilidad de emplear Twitter como vía de comunicación con los telespectadores, tanto durante su emisión como posteriormente para continuar intercambiando opiniones. La experiencia está considerada la primera de estas características en Europa.
Veo7, la cadena dirigida por Melchor Miralles, también ha comenzado, desde el 8 de febrero de 2009 a publicar los tuits de la gente que está viendo el programa y a emplear Twitter como herramienta para el debate en directo.
Otro ejemplo, es la serie de televisión La pecera de Eva de Telecinco. En este caso, los mensajes de la cuenta de Twitter del programa son complementarios a las historias que se narran en cada capítulo; a veces con comentarios en paralelo a la acción, mientras se emite el episodio, o en otras ocasiones, con información relativa a la serie, contestando las dudas y preguntas de los usuarios.
Indudablemente, las posibilidades son infinitas. Pero, ¿qué aporta una plataforma de microblogging a la televisión?.
En principio, y al contrario de lo que sucede en un espectáculo en vivo (como una conferencia), donde, además de usar Twitter, se puede intervenir directamente, los espectadores de televisión solo tienen dos formas de participar: por teléfono y enviando un SMS. Ambas opciones, además de suponer un gasto excesivo para el consumidor, son muy difíciles de gestionar eficazmente. Sin olvidar la sensación de asincronía que posee el espectador. Sin embargo, el moderador de un programa puede ir recibiendo los tuits en su smartphone y contestar directamente en Twitter, o ir transmitiendo los comentarios. A la vez, se pueden estar viendo todos los mensajes que se envían. No cabe duda de que la dimensión que cobra cualquier programa, de esa forma, no tiene que ver nada con lo que estamos acostumbrados.
Es la comunicación directa, fresca, sin filtros e inmediata con la audiencia. Al fin y al cabo, de eso se trata.
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