Los monitores continúan siendo elementos imprescindibles para las computadoras personales. Mientras el teclado y el mouse se ven cada vez más acechados por interfaces de pantallas táctiles y por los incipientes comandos a través de la voz, los “display” reinan con tranquilidad, y extienden sus dominios fuera de los habituales escritorios como accesorios para notebooks y netbooks.
La tecnología que predomina en el mercado es el cristal líquido (LCD) por sobre los de tubos de rayos (CRT), y la evolución es clara hacia el aumento del tamaño de la superficie donde se proyecta la imagen que proviene del ordenador.
Sin embargo, la gran variedad de modelos que se observa en cualquier escaparate de los Estados Unidos se reduce enormemente en la Argentina, por efecto del “impuestazo tecnológico”, la reforma fiscal que favorece la fabricación y el ensamblado de monitores en Tierra del Fuego. En las principales cadenas de electrodomésticos en Buenos Aires sólo hay pantallas LCD de los coreanos Samsung y LG. En cambio, en negocios especializados y en reductos informáticos como la porteña Galería Jardín la oferta se diversifica a otros fabricantes.
Características técnicas
LCD: los píxeles de estos monitores están compuestos por subpixeles, integrados por transistores que se prenden o apagan. Se agrupan por cada color (rojo, azul o verde). Un haz de luz se proyecta y si se prenden sólo los transistores de, por ejemplo, color verde, la pantalla se pondrá toda de ese color. Con la combinación de los colores, se crean las imágenes.
Factores
¿Por qué conviene más un LCD que un CRT? Por una serie de razones: la inexistencia de radiación; la ausencia de barrido de refresco; el volumen más pequeño; el bajo consumo de energía y la baja irradiación de temperatura.
¿Qué se debe tener en cuenta antes de comprar un monitor? La evaluación no es menor si se considera que la computadora se transformó en un centro multimedial, y el factor más importante pasó a ser la imagen, la calidad de la fotografía, del DVD, del video o película que se descarga de Internet o se filmó con una cámara.
El primer dato es el tiempo de respuesta del equipo, que se mide en milisegundos (ms). Por ejemplo, si la pantalla se va a usar en una computadora cuya principal aplicación serán los juegos, ese valor no deberá superar los 4 o 5 ms.
Al igual que en el caso de los televisores, se debe tener en cuenta a la relación de aspecto. La tendencia actual es el modo apaisado (widescreen), a 16:9 o 16:10. Los monitores anteriores a esta tendencia son más cuadrados, 4:3.
El estándar vigente en el tamaño de los monitores es de 17 pulgadas. Pero si se puede, conviene apuntar a 19 pulgadas. Como en los televisores, a mayor tamaño, mejor visión. Y los juegos, videos, fotos se verán mejor.
La resolución es otra variable: se trata del número de puntos que puede representar el monitor por pantalla, en horizontal por vertical. Por ejemplo, una pantalla cuya resolución máxima sea de 1024x768 puntos puede representar hasta 768 líneas horizontales de 1024 puntos cada una, probablemente además de otras resoluciones inferiores, como 640x480 u 800x600. Cuanto mayor sea la resolución de un monitor, mejor será la calidad de la imagen en pantalla, y mayor será la calidad del monitor.
Algunos monitores llevan acoplados parlantes, micrófonos y cámaras de video para la web (webcam). Estos accesorios tienen sentido en “display” de uso doméstico, para juegos o videoconferencia, pero no en el caso de contenidos multimedia.
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