Pocoyó se ha convertido en un auténtico idolo que hace  las delicias de los más pequeños de la casa... ¿y de los mayores? Porque  una simple búsqueda en blogs nos aporta resultados tan curiosos como  variopintos que demuestran que hay toda una cultura en torno a esta  serie televisiva.
 Por ejemplo puedes "pocoyizarte" y crear un avatar que te represente digitalmente con el peculiar aspecto del personaje. Hay quién, por su parte, experimenta en la cocina y le echa originalidad a sus pasteles. Otros, los más activistas de internet, echan mano de su vena poética para comparar la polémica Ley de propiedad intelectual con ese que ya te puedes imaginar.
Alaska tampoco ha podido resistirse a los encantos de  Pocoyó y quisó poner su voz en el disco del programa y que fue  lanzado hace unas semanas. Con un cuento de tanto éxito, sólo podemos  sacar una moraleja: las cosas no son cómo empiezan, sino cómo acaban.
 Pero es que además de este éxito en el mundo virtual, hay que recordar asimismo que Pocoyó es la primera firma de entretenimiento española que se estrenó en Bolsa. También aquí ha tenido buenos resultados. Durante su primera jornada bursátil en julio pasado, cerró con una cotización de 2,45 euros, lo que supuso una revalorización del 27,6%. Dos meses después, le empresa seguía cosechando triunfos en el sector bursátil.
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