Fuente: Pueblo en Linea.
El Carnaval de Rio de Janeiro comenzará de manera oficial el 14 de febrero con el primer desfile de las grandes escuelas de samba en el Sambódromo, sin embargo la fiesta está desde el día 7 en las calles con todo su vigor y entusiasmo.
Pese al intenso calor que supera los 40 grados, una multitud sale a las calles de la ciudad dispuestas a compartir su alegría y exhibir sus cuerpos sudados en la manifestación más popular, los desfiles de los "blocos" (comparsas).
Desde el fin de semana pasado millares de personas se encuentran en los lugares asignados para el recorrido por las calles, en general limitadas a un barrio, al compás de las "marchinhas" (marchas) compuestas especialmente para la ocasión.
Este fin de semana la comparsa "Simpatia é quase Amor" atrajo al mayor grupo de participantes, al reunir el sábado cerca de 40.000 personas, en la evaluación de la policía, para desfilar por el barrio de Ipanema.
Aunque existen por lo menos desde el siglo XIX, los "blocos" adquirieron una gran popularidad en los últimos 25 años, al canalizar crecientemente el deseo de divertirse con espontaneidad y sin someterse a la disciplina de las grandes escuelas.
En forma muy resumida, quien quiere divertirse en un "bloco" sólo necesita elegir el de su preferencia, enterarse cuál es el lugar de concentración o el recorrido del desfile y dirigirse ahí, vestido de la forma que le parezca más divertida o simplemente cómoda.
Los más organizados prefieren comprar con antelación las camisetas de su "bloco" preferido, cuya venta sirve para financiar el sistema de amplificación de sonido y, en algunos casos, pagar a los músicos que tocarán sin descanso durante muchas horas.
Las personas que son fieles a un solo "bloco" frecuentan los ensayos previos y se aprenden antes la letra de la "marchinha" elegida por la colectividad, para cantarla con total seguridad.
Otras son más partidarias de la diversificación y estudian el calendario oficial para elegir en cuáles participarán el sábado y el domingo, de mañana, de tarde o de noche, debido a que se programan recorridos en todos los horarios imaginables, a partir de las 8:00 de la mañana.
Un "bloco" es una organización de existencia precaria, que muchas veces se origina en el grupo que frecuenta un mismo bar y en algún momento decide salir a divertirse por el barrio.
En principio, lo único que necesitan es un grupo de instrumentistas y un amplificador.
Cuando atraen la simpatía del público y crecen adquieren una estructura más completa, diseñan una camiseta igual para los integrantes y alguien se encarga de administrar las finanzas y definir el recorrido.
En un grado más organizado realizan un concurso previo al carnaval para elegir una "marchinha" que represente el espírito de esa comunidad específica y que ofrece un tema para que los simpatizantes se disfracen, en caso de que así lo decidan.
Algunos se detienen por ahí, sin querer una organización más compleja.
Otros como el Monobloco, que tras reunir cerca de 400.000 personas en el Carnaval de 2009 se profesionalizó, evolucionan hacia una estructura más compleja.
Este año el grupo dirigente se encargó de reclutar 120 hombres para velar por la seguridad del desfile, contrató tres ambulancias con médicos para prever problemas de salud y obtuvo de la municipalidad 70 agentes de tránsito para organizar el bloqueo de calles.
Como subproducto surgió el Monobloco Show, que realiza presentaciones durante todo el año y ya grabó tres discos con sus músicas.
El grupo cobra la entrada a los ensayos previos para financiar toda esa estructura, además de ofrecer un taller de percusión que prepara 150 percusionistas por año.
Otro de los blocos más organizados, el "Suvaco do Cristo" ("Axila del Cristo", por haber surgido en el Jardín Botánico, barrio que está bajo el brazo derecho del Cristo Redentor"), llegó a crear una organización no gubernamental que realiza obras a beneficio de algunas comunidades.
Así como el "Suvaco" existen "blocos" con nombres graciosos, como el "Vem ni mim que sou facinha" (Ven conmigo, que soy mujer fácil), y otros tradicionales como el "Gigantes da Lira".
Existen los que tienen una larguísima trayectoria, como el "Cordao do bola preta" (Hilera de prietos gordos), fundado en 1913, y los efímeros, que tienen algún éxito en un carnaval y después desaparecen, por distintas circunstancias.
Pero todos tienen en común la irreverencia, el gusto por la escenificación de chistes políticos y, sobre todo, una alegría contagiante que conquista las calles de la ciudad.
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