Si no ha vivido durante los últimos seis meses debajo de una piedra o en un templo de Nepal es probable que sepa lo que es Farmville, un nuevo intento de sacarle sus datos personales (¡y los de sus amigos!) disfrazado de simulador de granja. Es también la prueba de que Dios (algún Dios) ama a Facebook, que es donde transcurre el juego. Gracias a esta creación de Zynga el tiempo que los usuarios pasan enganchados a la famosa web se ha multiplicado. Más ojos fijos durante más tiempo es más dinero.
Pero Farmville, y otros juegos similares como Café World, son también una fantástica plataforma para vender objetos virtuales. No hay que ser un lince para darse cuenta de que vender algo que no existe es un buen negocio. ¿Caemos los usuarios? Ya lo creo. En sólo 18 horas los usuarios de Farmville, por ejemplo, han enviado más de 220 millones de regalos de San Valentín. ¡18 horas! Y ni siquiera estamos cerca del 14 de febrero. Para comparar con algo, cada año, según Hallmark, se intercambian “sólo” 152 millones de tarjetas reales. ¡Ah, el amor!
Y de un negocio que crece de forma exponencial a uno que comienza a frenar. Del culebrón de Amazon con las editoriales se puede acabar sacando una dura lección: Romper las barreras de un precio psicológico puede tener malas consecuencias. Lo recoge Peter Kafka de forma excelente en Media Memo.
Después de patalear durante años las discográficas consiguieron que Apple, por fin, las liberara de los grilletes de 0,99 euros por canción. Con tres precios diferentes (0,69, 0,99 y 1,29) se las prometían muy felices, básicamente porque a la larga podrían subir el precio de la música y migrar todo el catálogo más reciente a 1,29, no sólo las novedades más escuchadas.
Error. Resulta que con los nuevos precios la venta de música se frena. No sólo en el caso de las canciones más caras, sino también en las de 0,99 y 0,69 euros. Con un precio variable la música digital no parece tan atractiva. Amazon hizo bien queriendo mantener todos los libros por debajo de 9,99 dólares. Una lástima que al final se arrodillara a la primera de cambio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario