Una científica alemana del Instituto de Física Fraunhofer, en Baviera al sur de Alemania, ha demostrado que el zumo de tomate sabe mejor en el aire, lo que explica por qué tienden a pedir esa bebida pasajeros de avión que en tierra no la consumen nunca o casi nunca.
"El sabor del zumo de tomate es más intenso cuando la presión atmosférica es más baja, en condiciones normales se le llega a percibir como enmohecido", afirma la química Andrea Buirdack-Freitag, del citado instituto, en declaraciones al semanario Die Zeit. En condiciones de bajas presiones, como en los vuelos, el sabor es más fresco y dulce, apunta la científica.
Las conclusiones del estudio se han hecho a partir del experimento realizado en un simulador de un Airbus A310, sobre varias personas que analizaron el sabor de distintos productos, entre las cuales se constató una apreciación mayor del zumo de tomate incluso entre aquellos que normalmente no lo consumen.
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