El futuro de la aviación será orgánico, con asientos hechos de plantas y combustible extraído de aceites, semillas o algas. No habrá más "materiales no renovables, como metal o plástico" en la cabina del avión del mañana.
Volar será la respuesta a la escasez de recursos a ras de suelo; al volar, en vez de viajar por tren o automóvil, se puede dejar la tierra "para la agricultura y la preservación de la biodiversidad".
Mientras tanto, en las ciudades el "despegue vertical será una manera de ahorrar espacio".
Todo esto puede sonar a sueños de niños demasiado enamorados de la ciencia ficción.
Y hasta cierto punto, es exactamente lo que es.
La visión del futuro de la aviación fue moldeada por el fabricante de aviones europeo Airbus, luego de entrevistar a 10.000 personas, muchas de ellas pertenecientes a las generaciones que estarán volando todavía en años por venir.
"No hay que olvidarse de que la gente que volará mañana son los usuarios de Twitter y Facebook de hoy en día", dice el jefe de ingenieros de Airbus, Charles Champion.
Uno podría haber esperado oír carcajadas entre la multitud de periodistas que habían sido invitados al evento de El Futuro por Airbus, en el observatorio de Greenwich, en Londres, elegido -según dicen los ejecutivos de Airbus- porque es el punto de referencia del Tiempo y por ende el mejor lugar para pensar en el futuro de la aviación.
Sin embargo, en vez de despertar el escepticismo entre los periodistas, muchos de ellos estaban impresionados.
Por cierto, el evento fue una respuesta inspiradora a los retos que está enfrentando la industria de la aviación.
Y hay muchos, que van desde las reglamentaciones cada vez más estrictas respecto a ruido y emisiones, hasta la creciente escasez de recursos y combustible.
La industria también enfrenta enormes desafíos ligados a la saturación del espacio aéreo, toda vez que el tráfico aéreo se quintuplicará en las próximas décadas.
Y las aerolíneas y los fabricantes de aviones tendrán que satisfacer a clientes cada vez más exigentes, que conforman una población global que llegará al doble para 2050, es decir, a unos 9.000 millones de personas.
"Buen punto de partida"
Barato, eficiente y verde son los criterios para apostar a los vuelos de mañana, de acuerdo con Champion y no, no están dispuestos a dejar de volar.
De manera que las empresas de aviación tiene que responder tomando en cuenta consideraciones medioambientales, y deben explotar cualquier avance tecnológico en la sociedad para asegurar que el vuelo del futuro sea sostenible, razona.
Como tal, el concepto del avión y la cabina que ha desarrollado Airbus debe ser visto como un banco de ideas en vez de una nave diseñada para mandarla a producción.
"Si lo que se quiere es crear los aviones de la próxima generación, entonces, éste no es el indicado", dice Bruno Saint-Jalmes, director de diseño creativo y conceptos.
Airbus tiene la costumbre de mezclar avances tecnológicos que ya son factibles con aquellos con los que sueña la gente, pero que difícilmente se harán realidad, tales como autos voladores que ayuden "a utilizar la tercera dimensión" en calles congestionadas.
La compañía tampoco explica claramente en qué tipo de tecnologías está invirtiendo su dinero y cuáles quisiera poder realizar, si sólo hubiera alguien que pudiera decirles cómo.
Por lo tanto, el concepto de Airbus es a menudo confuso.
"Pero-insiste Saint-Jalmes- es un buen punto de partida".
Inspirado biológicamente
El avión conceptual de Airbus se construye utilizando nuevos materiales compuestos, fuertes y livianos.
Viene con la opción de techos transparentes, asientos y alfombras hechas con materiales que se reparan y limpian por sí mismos; muebles equipados con inteligencia artificial -para que puedan cambiar de forma para satisfacer las necesidades individuales- y hologramas que se proyectan en las paredes que son tan avanzados, que "hacen que el mundo virtual no pueda distinguirse del real".
La cosecha de energía es otro concepto a bordo; la temperatura de los cuerpos de los pasajeros se utiliza como energía para los aparatos de la cabina, de manera que todo el mundo, dentro del avión, se transforma en una "célula energética".
Luego, está esa idea de la bioimitación, o ingeniería inspirada por la biología, que intenta copiar a la naturaleza al hacer objetos mecánicos.
Esto ha producido aletas inspiradas en águilas, revestimiento de terciopelo para el tren de aterrizaje de la nave -que imita las plumas mullidas de las patas de los búhos, que reducen el ruido- o alas que se tuercen y enderezan en vuelo como las de las mariposas.
"Como aves migratorias"
Los pensadores de Airbus, conducidos por Saint-Jalmes no se han limitado a sólo a retos de ingeniería.
La logística del vuelo puede ser tan importante como la forma, el tamaño y el peso de los aviones en el cielo, creen.
Por ejemplo, en la actualidad, cada avión vuela dentro de una gran "esfera de seguridad" imaginaria, para mantener distancias de seguridad entre naves.
A medida que los cielos se congestionen más, se podría utilizar la tecnología para reducir el tamaño de tales esferas, permitiendo que los aviones vuelen más cerca unos de otros.
De hecho, los aviones de mañana podrían volar en formación, "como aves migratorias", pronostica Airbus.
La logística de los aeropuertos podría mejorar, por ejemplo, al permitirle a los pasajeros abordar cápsulas cuando lo estimen conveniente, cápsulas que, después, serían subidas a armazones aéreas para despegar - de la misma manera como los contenedores ya llenos, son depositados en los barcos.
Palacios volantes
La cuestión económica enrareció un tanto la atmósfera durante la sesión de preguntas y respuestas en el grupo de Greenwich, con Champion teniendo que reconocer que "tenemos una aerolínea como empresa y, con toda razón, esta gente necesita hacer dinero".
"Tenemos diferentes planes de negocios para diferentes aerolíneas", afirma, y explica cómo se pueden separar los aviones de mañana en diferentes zonas.
"Áreas con conexión tecnológica para que la gente trabaje en la parte de atrás, zonas de de relajación en la parte delantera -con asientos que controlan la salud o dan masajes- y áreas de juego en el medio, donde los pasajeros pueden jugar al golf virtual o quedarse en bares".
Suena a caro, pero no es necesariamente así, de acuerdo con Airbus.
La compañía puede anticipar un futuro en el que enormes cruceros del cielo o palacios flotantes ofrezcan vuelos gratis, financiados por las ganancias de los casinos o los restaurantes a bordo.
Tal futuro, donde uno no tenga que ir a Las Vegas o Macau, sino donde ellos vienen a uno, puede parecer excitante o absurdo, dependiendo del punto de vista.
Sin embargo, es una visión que dejará a pocos indiferentes.
BBC Mundo