El ministro ruso de Emergencias ha ordenado controles sorpresivos y al azar en los locales de baile del país, tras el incendio en una discoteca de la ciudad de Perm el viernes por la noche.
Con el paso de las horas un total de 112 personas han muerto a consecuencia del incidente, que se produjo cuando se desarrollaba un espectáculo con fuegos artificiales en un local cerrado que albergaba a unas 230 personas.
La pirotecnia encendió el cielorraso del bar El Caballo Cojo pasada la hora 23 local, y pronto el humo y el fuego convirtieron una fiesta en una tragedia.
El corresponsal de la BBC en Moscú, Tom Esslemont, explica que muchos fallecieron en la avalancha humana que se produjo cerca de las puertas.
Tanto el dueño como el gerente de la discoteca han sido arrestados. El presidente Dmitry Medvedev ha dicho que los responsables no tienen conciencia ni cerebro, y decretó jornada de luto nacional para este lunes.
En la región de Perm las banderas rusas ondean a media asta mientras se celebran los funerales de las víctimas.
El ministro ruso de Emergencias, Sergei Shoigu, pretende que los controles sorpresivos se realicen antes de las celebraciones de fin de año.
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