Tres recogepelotas tuvieron que recibir atención médica, muchos hinchas quedaron paralizados por el frío y los jugadores salieron al campo con piernas de hielo: el último fin de semana de Bundesliga antes de la pausa de invierno estuvo marcado por temperaturas inferiores a diez grados bajo cero en toda Alemania.
"Durante la primera media hora de partido casi no sentía las piernas, después se me descongelaron", dijo Toni Kroos, del Bayer Leverkusen, tras la victoria 3-2 del sábado contra el Borussia Monchengladbach. En la mayoría de los campos este fin de semana había nieve, algo nuevo para el argentino del Borussia Dortmund, Lucas Barrios, que pese a ello, logró marcar el gol que le dio a su equipo la victoria por 1-0 sobre el Friburgo.
En Alemania no existe una normativa que regule a partir de qué temperatura no se ha de jugar un partido, aunque algunos como el árbitro de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) Eugen Strigel, consideran que debe ser a partir de los 20 grados bajo cero.
"En las normas no hay nada sobre la temperatura pero obviamente, un árbitro reaccionaría si existiese algún peligro, cuando al frío se uniese aguanieve o fuerte viento, por ejemplo".
El sábado, tres recogepelotas tuvieron que recibir atención médica en Hannover, donde el termómetro marcaba los menos 13 grados. El problema fue que llevaban zapatillas de fútbol en vez de botas calientes. Y es que no hay mal tiempo, sino ropa inadecuada, según los expertos, que repiten que los jugadores pueden correr si lo desean con gorro, guantes y medias.
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