Tener un premio Nobel -en este caso de Física- como ministro es un lujo que pocos ciudadanos podrán disfrutar alguna vez. Steven Chu, el secretario de Energía de EE UU y galardonado por la academia sueca en 1997, es un caso único. Este lunes ha deslumbrado en la cumbre del clima de Copenhague con una exposición sobre la revolución energética que necesita el mundo: "Si Edison viviera, reconocería las centrales eléctricas. Y eso no puede ser". Chu, tras desglosar los proyectos de innovación en los que se ha embarcado la Administración de Barack Obama, ha lanzado un aviso: "En EE UU inventamos el primer panel solar en 1954, la CPU, el primer láser e Internet. Estas son algunas de nuestras capacidades. Ahora vamos a revolucionar la energía".
Chu comenzó su intervención ante un pequeño auditorio -pero con seguimiento en directo en Londres, Pekín o Irlanda- citando a Obama: "El peligro del cambio climático no puede ser negado. Nuestra responsabilidad no puede ser diferida". El Nobel señaló una foto tomada por el Apollo VIII en 1968 en la que se ve el árido paisaje de la Luna en primer plano y al fondo la Tierra: "No tenemos otro lugar al que ir. Como dijo uno de los astronautas: 'Llegamos tan lejos a explorar la Luna y hemos descubierto la Tierra'. Pero estamos cambiando el destino del planeta", concluyó en alusión al cambio climático causado por la emisión de gases de efecto invernadero.
Ante las dudas de que la apuesta por las renovables lastre la economía, Chu replicó convencido: "Se puede hacer. Cuando pones a trabajar juntos a científicos e ingenieros la historia nos ha demostrado una y otra vez que los precios bajan mucho más de lo previsto y eso alivia los miedos. Pero hay que ponerse a ello. Yo soy científico y nunca es demasiado tarde".
El secretario de Energía no tiene competencias en esta cumbre, cuya negociación lidera Todd Stern, pero su presencia da idea de la enorme delegación que ha enviado Washington a Copenhague. El segundo de Stern, Jonathan Pershing, fue uno de los autores del informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). Chu destacó que "la inversión en I+D en energía de EE UU vuelve al nivel de 1980", ya que se abandonó entonces -como en todo el mundo aunque más allí- al bajar los precios del petróleo: "Creo que el petróleo nunca volverá al precio de 20 dólares. El departamento de Energía va a dar ayudas públicas para los próximos dos años de 80.000 millones de dólares" para renovables, captura de CO2, desarrollo de baterías y redes eléctricas inteligentes y eficiencia en los edificios. "Queremos doblar la participación renovable en 2012".
Chu demostró su experiencia con la energía y los números al realizar una presentación eminentemente técnica: "La fotovoltaica empezó con un coste de 20 dólares por vatio instalado. Ahora estamos en cuatro. Cuando baje a un dólar espero un amplio despegue sin ayudas públicas".
Y puso ejemplos de cómo la tecnología ha cambiado la agricultura y ahora tiene que cambiar la energía de "forma radical". "Desde 1960 la superficie cultivada no ha crecido pero la producción se ha doblado gracias a Norman Borlaug, un premio Nobel cuyas hibridaciones permitieron multiplicar la producción de trigo. Ahora necesitamos un Norman Borlaug de la energía para reducir las emisiones un 50% en 2050 en el mundo y un 83% en EE UU".
"Si la eficiencia energética ahorra dinero, ¿por qué no se hace? Porque hay fallos en el mercado. Y queremos corregirlos: estamos desarrollando herramientas que te descargas en el ipod para ver la eficiencia de tu hogar, y auditorías en los hogares" para que la gente vea dónde se pierde la energía y que las tecnologías de la comunicación controlen el consumo. "Cuando un coche se rompe, el mecánico a menudo no sabe qué pasa porque son los ordenadores los que lo controlan. Con esas técnicas, en un edificio puedes reducir el consumo un 75% con una inversión que es rentable en la cuarta parte de la vida del edificio".
A los que piensen que esto es utópico les lanzó ejemplos ya existentes: "Con los frigoríficos ha ocurrido. El consumo de una nevera en EE UU ha bajado un 75% pero su tamaño ha crecido y los precios han bajado. El ahorro en emisiones de CO2 de estas medidas ha sido mayor que toda la producción renovable de EE UU".
Chu aseguró que también hace falta mucha investigación básica, a la que ha destinado 400 millones de dólares. "Un ejemplo es la batería de metal con sales de aluminio, magnesio y antimonio". Explicó que una mezcla de estos elementos en el tamaño de una piscina puede almacenar enormes cantidades de electricidad: "Si lo conseguimos en todo el mundo las casas podrán enchufarse a estas baterías" o turbinas eólicas de alta eficiencia sin aspas, similares a las de los aviones, que se puedan poner en los lugares en los que los actuales aerogeneradores no pueden estar.
El secretario de Energía presentó un plan para invertir 350 millones de dólares en renovables en países en desarrollo. "Las lámparas de queroseno y petróleo que se utilizan en gran parte de los países en desarrollo son responsables de la contaminación interior y de muchas muertes. Queremos cambiarlas por lámparas de bajo consumo conectadas a paneles fotovoltaicos".
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