Hasta 1964, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no declaró erradicada la malaria en España. Quizá sea esta circunstancia la que explique el empeño de los científicos españoles en la lucha contra la enfermedad que provoca más muertes de niños africanos, alrededor de 800.000 al año.
The Lancet vuelve a hacerse eco hoy de un logro español en la batalla contra la malaria. La investigadora del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB) Clara Menéndez dirige un estudio en el que se demuestra que la administración intermitente de un barato tratamiento preventivo reduce en un 30% los casos de malaria en los niños menores de un año, los más susceptibles a las formas más graves de la enfermedad. Y lo hace, además, sin causar efectos secundarios graves.
Menéndez es la mujer de Pedro Alonso, el científicopremio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2008 que ensaya la que podría ser la primera vacuna eficaz contra el paludismo, que ya ha demostrado una reducción de hasta el 60% del riesgo de malaria para los menores de cinco años.
Hoy en The Lancet se exponen los resultados de seis ensayos clínicos tres en Ghana y el resto en Tanzania, Mozambique y Gabón que evaluaron la administración del Tratamiento Preventivo Intermitente (IPT) en 3.958 bebés frente a 3.972 a los que se les dio un placebo. Los niños, que tenían hasta 12 meses de edad, recibieron el tratamiento con independencia de si ya habían estado infectados.
La combinación de medicamentos escogida (sulfadoxina y pirimetamina) no es desconocida en África. Se trata de dos fármacos muy baratosalrededor de 30 céntimos de euro por dosis, cuyo uso para tratar la malaria está autorizado incluso en embarazadas.
Aprovechar la vacunación
Sin embargo, no siempre la disponibilidad de un fármaco hace fácil su administración masiva. Por esta razón, el equipo de Menéndez optó por aprovechar un programa que se ha mostrado eficaz durante décadas, el de inmunización de la OMS, que vacuna sistemáticamente a los niños de las enfermedades para las que existe dicha posibilidad. "Nos preguntamos por qué habría que idear un nuevo programa cuando nos podíamos beneficiar de uno exitoso", señaló ayer en conferencia de prensa el profesor de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, David Schellenberg. Este centro británico es uno de los 20 que participan en el Consorcio IPTi, formado por más de 20 instituciones de África, Europa y EEUU, además de la OMS y Unicef.
El trabajo de Menéndez se engloba en el de este grupo que, como definió Pedro Alonso, es "un nuevo modo de cooperación internacional para trasladar a los políticos la necesidad de establecer medidas de control para la malaria".
Hoy es, sin duda, un día importante en la lucha contra el paludismo. Además del trabajo del CRESIB, otro ensayo del Consorcio demuestra que, aparte de la combinación sulfadoxina-pirimetamina, hay otros medicamentos que, administrados de forma preventiva, reducen la incidencia de la enfermedad en la población más vulnerable. Así, el trabajo dirigido por el investigador Daniel Chandramohan, del citado centro londinense, confirma la efectividad de la mefloquina. Una muy buena noticia si se tiene en cuenta que en determinadas zonas de África el parásito que causa la malaria es resistente a la sulfadoxina y a la pirimetamina.
A pesar de los buenos resultados, Pedro Alonso advirtió ayer de que esta fórmula dista de ser una panacea. Como tampoco lo será la vacuna, cuyos ensayos están ya en fase III, la última previa a su autorización. En la lucha contra la malaria, explican los expertos, el ataque múltiple será imprescindible.
"Esta estrategia ahorra dinero a los gobiernos"
Clara Menéndez. Investigadora del CRESIB y autora principal del estudio
La investigadora Clara Menéndez tiene muy claro que, en la batalla contra la malaria, se han de abordar varios frentes de forma simultánea. A esta lucha multifocal se dedica en el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB).
Uno de los aspectos que más preocupa sobre la administración preventiva de fármacos antimaláricos es el riesgo de efectos secundarios. ¿Es segura la solución que proponen?
Este aspecto se ha estudiado mejor que en la mayoría de los medicamentos, hasta en el último detalle. Y se han evaluado no sólo los efectos secundarios de los fármacos en sí, sino también sus interacciones con las vacunas que reciben estos niños, ya que en el programa se han administrado conjuntamente fármacos e inmunizaciones. Lo que hemos concluido es que, tal y como se administran, no hay efectos graves. Sólo se ha informado de dos casos del síndrome Stevens-Johnson [una rara dolencia autoinmune que afecta a la piel] que, a posteriori, no han sido confirmados.
El coste de los fármacos es un aspecto preocupante en países tan pobres como los que han participado en el ensayo...
Sí, pero hemos demostrado que la combinación de sulfadoxina-pirimetamina no sólo es eficaz en coste, ya que merece la pena pagar el cuarto de euro que cuesta cada dosis por los beneficios que se consiguen, sino que, además, ahorra dinero al sistema de salud, por la disminución en ingresos hospitalarios que se consigue con ella.
En el otro estudio de The Lancet se obtienen resultados adversos con la combinación que ustedes proponen como eficaz. ¿Por qué?
Ese segundo ensayo también forma parte de nuestro trabajo, y los resultados que ofrece son completamente esperados, ya que la zona donde se ha hecho, el norte de Tanzania, un área que conozco muy bien, presenta un patógeno con una resistencia a esos fármacos cercana al 99%. Pero lo positivo de ese segundo trabajo es que se ha visto que hay una alternativa, la mefloquina, que es eficaz para esta variedad.
Otro reciente estudio demostraba que colocar mosquiteras en puertas y ventanas reducía la transmisión de la malaria. ¿Habrá que combinar varias estrategias hasta que llegue la vacuna?
No se puede utilizar un método único. Las redes mosquiteras tendrán un papel muy importante. Hay que tener en cuenta que la vacuna no tendrá una eficacia del 100%, por lo que habrá que combinarla con todo el resto de estrategia disponibles que, por cierto, no son tantas.
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