Nadie ha sacado la botella de champán todavía pero en Dell, la compañía de Round Rock (Texas), se empieza a mirar al futuro con algo más de confianza tras varios trimestres de varapalos. "Nos parece que 2010 va a ser un muy buen año para nosotros", afirmaba Michael Dell en un reciente encuentro con un reducido grupo de periodistas.
La empresa que fundó mientras estaba en la Universidad, cerró el trimestre en julio con una nueva caída del beneficio con respecto al año anterior (-23%), pero por primera vez se empieza a registrar una mejora secuencial (de trimestre a trimestre) y se perciben signos positivos en la economía. Algo que junto con el esperado nuevo ciclo de reemplazo de equipos de hardware y el próximo lanzamiento del nuevo sistema operativo Windows 7 puede dinamizar, por fin, las ventas.
Es algo en lo que trabaja Michael Dell desde que en 2007 retomara la dirección para sacar a la empresa de la parálisis en la que estaba inmersa. "Transformar Dell era una necesidad incluso antes de la crisis", explicaba poco antes del encuentro el responsable de comunicaciones de la compañía, T.R. Reid. Pero, además, la recesión se ha cruzado en su camino. Dell es una empresa fundamentalmente orientada a los grandes clientes (empresas grandes y pymes además de gobiernos) y la caída de la inversión por parte de quienes son responsables de casi el 80% de su línea de negocio ha supuesto un fuerte revés. Pero Dell no se ha quedado con los brazos cruzados y ha trabajado en algo que ve prioritario para su futuro, los servicios.
"Una de las cosas que sorprenden de Dell es que tenemos un negocio de servicios de 6.000 millones de dólares y es un área que va a seguir creciendo", explica este empresario. "Es un segmento en el que estamos poniendo mucho énfasis porque queremos enfocarnos en soluciones. En los últimos cuatro o cinco años nuestros clientes nos han dicho que más que una mejora en servidores, lo que necesitaban era una solución ya sea para mejorar su cadena de proveedores, sus relaciones con los clientes o lo que fuera. Por eso hemos tenido que montar operaciones de soluciones más importantes". "Con más ancho de banda, más computación en red y servidores, Dell está evolucionando para pasar de ser una compañía de producto a ser integrador de soluciones".
Es una evolución que ya han adoptado competidores como HP e IBM. "No hemos acabado, pero tenemos un negocio ya con un buen tamaño", explicaba su fundador, sin querer dar detalles de si van a hacer lo que algunos de sus rivales, negociar una gran adquisición, además de crecer orgánicamente. De momento, y en los dos últimos años han hecho 10 compras para reforzar este área.
Dell cree que hay aún "dificultades en la economía", pero se siente finalmente a gusto en el ciclo y "en la posición en la que estamos". "No quiero dar la impresión de que crea que todo va a arreglarse inmediatamente, porque no va a ocurrir, pero la mayor parte de la inversión volverá a partir de 2010, gradualmente, a distinto tiempos en cada industria".
Su optimismo particular se deriva del hecho de que considera que ha habido mucho retraso en las inversiones y se ha alargado por encima de la media el ciclo vital de los equipos de hardware que en Dell calculan que es de cuatro años para ordenadores de sobremesa, dos o tres en el caso de los portátiles, y de tres a cinco años en el caso de los servidores de datos. "Ha habido mucho retraso en inversiones y hay muchos equipos antiguos que necesitan ser reemplazados para conseguir tener la productividad que las organizaciones necesitan" una vez que se han reducido los costes y se han estabilizado las empresas. "Sin productividad no se va muy lejos en los negocios", explicaba.
En cuanto al sector público (el 30% de la facturación de la compañía), la fecha de recuperación de la inversión es más lejana. Paul Bell, responsable de este área de negocio, no cuenta con ello hasta 2012.
Dell considera que los lanzamientos de Microsoft (Windows 7 y Office 2010) serán un gran catalizador para animar las ventas, dado que muchos negocios aún operan con XP, un sistema operativo de hace ocho años. "Como industria", admite, "no hemos dado aún a los clientes muchas razones para cambiar sus equipos, pero en ese sentido veo con más optimismo el ciclo de cara a cinco o nueve meses. Además de los nuevos procesadores de Intel, el Windows 7 es una enorme mejora sobre la generación anterior". "Vista nunca tuvo mucho éxito entre los empresarios", reflexionaba.
En Dell se tiene el convencimiento de que es pronto para decir que se ha llegado a un punto de inflexión, pero se ve con buenos ojos la evolución de países emergentes y EE UU. "Salimos antes de la crisis aquí porque entramos antes, en Europa hay un poco más de retraso pero empiezan a llegar señales positivas".
"Me siento bien con lo que hemos logrado en Dell"
Hace unos meses Ed Boyd empezó a trabajar para Michael Dell. Un fichaje de una empresa que está en un universo casi paralelo al del fabricante de hardware, Nike. El punto de encuentro es el que representa el propio Boyd: el diseño.
Este diseñador industrial ha pasado de la moda y la funcionalidad deportiva a buscar soluciones para hacer más atractivo un área de negocio de Dell que supone el 22% de su facturación, el producto para los consumidores, y en el que está lidiando una intensa batalla con otros fabricantes como Acer, sobre todo en Europa.
Boyd está pensando en expandir su equipo - "hace cinco años solo había 4 personas en el departamento de diseño, ahora somos 40 y creciendo"-, en colores para la que siempre fue una caja gris, en diseños para los nuevos netbooks y en una gama de lujo que ya ha visto nacer a Adamo, un portátil ligero. Es una apuesta necesaria en un mercado muy competitivo en el que Apple está marcando pautas aunque no es el mayor jugador, y Dell no ha respondido con celeridad. Su fundador volvió a mostrarse esquivo a la hora de comentar su pérdida de posición con respecto a Acer en un mercado que ha sido más resistente a la recesión que el de los grandes clientes empresariales. "No vivo lamentándome. He tenido muchas oportunidades y me siento bien con lo logrado. Siempre podemos hacerlo mejor, pero dedico mi tiempo a pensar en el futuro y no en lo que podríamos haber hecho".
Con todo, Dell recuerda que su empresa no se estanca en el negocio de consumo y que ya abjuró de religiones pasadas como la venta directa. Ahora compiten con otros en la plaza pública. "Desde hace dos años tenemos nuestros productos en 43.000 tiendas. Es un cambio notable", explicaba
En la pipeta
Smartphone
Es una de las apuestas en las que Dell quiere levantar menos expectativas, de momento, aunque es la que más interés genera. La compañía ha estado trabajando en un aparato que algunos de sus responsables consideran prototipo y que en su versión comercial se ha introducido en China. Es un teléfono táctil que no tiene posibilidad de conexión wifi ni 3G, es decir, muy lejos de lo que ya es estándar en Europa y EE UU. "Es una oportunidad interesante en desarrollo", fue todo lo más que dijo Michael Dell al ser preguntado. Farooq Butt, responsable de "evolución en el consumo" fue uno de los hombres del equipo de Dell que más eludió hablar de una cuestión envuelta en un halo de misterio. "Manténganse a la escucha", sugirió.
Extraplano
El ordenador portátil Adamo es el primero de una línea de lujo en la que está trabajando Dell. Es elegante, ligero y plano, pero la empresa ya tiene preparado el lanzamiento de otro aún mucho más liviano dentro de esta gama, más ligero que el Air de Apple. De momento solo se ha enseñado un perfil de 9,99 milímetros de esta máquina con la que Dell quiere ganar lealtades y competir con fabricantes de siempre y nuevos como Nokia.
Mercados
Dell es una empresa que hasta hace poco se ha considerado "muy americana" tanto en las formas como en el mercado en el que opera. La venta a través del teléfono e internet era un ejemplo de una estrategia que solo podía mantenerse en EE UU, que es difícil en Europa y aún más en países emergentes. Para Dell, Europa es un mercado dinámico y difícil pero en emergentes como China, India, Brasil y Rusia, crece a un ritmo del 16%. "A largo plazo creemos mucho en los emergentes. El 96% de las personas a las que queremos vender productos no viven en EE UU. Vemos muchas oportunidades y estamos tras ellas", afirmaba Michael Dell.
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