El senador por Iowa Tom Harkin, que asumió el cargo de presidente de la Comisión de Pensiones, Sanidad, Educación y Trabajo del Senado de Estados Unidos tras la muerte de Edward Kennedy, ha prometido investigar "en profundidad" cualquier posible vínculo entre el uso del teléfono móvil y el cáncer.
"Estoy preocupado por el hecho de que nadie haya podido probar que los teléfonos móviles no producen cáncer. Me viene a la memoria la experiencia de este país con los cigarrillos. Pasaron décadas entre las primeras advertencias sobre el tabaco y la conclusión final de que los cigarrillos causaban cáncer de pulmón", dijo Harkin.
En este sentido, recientemente han surgido voces críticas tras la publicación de un informe elaborado por el grupo activista Environmental Working Group que aseguraba que las emisiones de ondas de radio "variaban de una marca y modelo de teléfono móvil a otro".
Asimismo, la epidemióloga de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) Devra Lee Davis, escribió un libro en el que señalaba que el Gobierno ha pasado por alto "muchas fuentes potenciales de cáncer".
Por su parte, Linda Erdreich, responsable de la firma Exponent, dijo que "50 años de pruebas no habían demostrado que los celulares provocaran cáncer".
"Esta parte del espectro es conocida como radiación no ionizante, esto significa que las ondas de radio no pueden dañar el ADN de las células", explicó.
A este respecto, la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que se afirmaba que "no hay pruebas científicas que demuestren que el uso de la telefonía inalámbrica pueda causar cáncer, dolor de cabeza, vértigo o pérdida de memoria", conclusión que también apoya la agencia estadounidense del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés).
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