“Dejad que China duerma pues cuando despierte, el mundo entero temblará”. La frase es de Napoleón Bonaparte en referencia al gigante asiático que desde hace unos años parece que ha empezado a desperezarse para ocupar su sitio en el mundo. Económica y tecnológicamente, la República Popular China empezó su despegue al principio como la fábrica de occidente. Mientras Norteamérica y Europa diseñaban, la mano de obra barata del dragón rojo producía. Pero China no quería quedarse solamente ahí, y desde hace algún tiempo empezamos a ver iniciativas tecnológicas punteras que provienen de este país del este.
Un ejemplo son los procesadores Loongson o Godson, diseñados por la Academia China de Ciencias en base a la arquitectura MIPS (aunque inicialmente fabricados bajo supervisión de ST Microelectronics, una compañía franco-italiana) como una opción económica a los desarrollos de las principales compañías norteamericanas y japonesas.
Si bien las dos primeras generaciones de este microchip no han destacado precisamente por sus prestaciones, la tercera promete estar a la altura de los últimos desarrollos de las principales empresas occidentales (léase Intel y AMD): arquitectura de 64 bits, cuatro núcleos (quad-core y con una versión de ocho núcleos para más adelante), y hasta 200 instrucciones extras para garantizar su compatibilidad con el código binario compilado para procesadores x86.
Esta tercera generación verá la luz entre 2009 y 2010, inicialmente con los ejemplares de cuatro núcleos. Para la generación de ocho aún no hay previsión de fechas, pero sin lugar a dudas va a ser muy interesante: al igual que el Cell de Sony, Toshiba e IBM, algunos de sus núcleos podrán dedicarse a tareas específicas fuera de los cálculos propios de una CPU. Así, en una sola pastilla se podrá incorporar, por ejemplo y además de las CPU’s, el procesador matemático de una tarjeta gráfica para la realización de los cálculos necesarios en renderizados o animaciones. La velocidad de estos chips oscilará entre 1 y 1,2 Gigahercios, y en sus primeros ejemplares soportará solamente memoria DDR2.
El objetivo de este microprocesador es dotar a la República Popular China con una línea de CPU’s baratas que junto al sistema operativo GNU/Linux (libre y también gratuito) permitan al gigante asiático producir computadoras asequibles al grueso de su población, cuyo poder adquisitivo (y pese a ir en aumento) es aún bajo para permitirse acceder masivamente a las tecnologías informáticas. La independencia tecnológica de occidente en lo que respecta al verdadero “cerebro” de las computadoras también se encuentra en el punto de mira de las autoridades chinas.
Si bien por el momento parece que no entra en los planes de ST Microelectronics hacer la competencia a los principales desarrolladores de microchips, esta es una posibilidad que sin lugar a dudas va a ir flotando en el ambiente de sus oficinas, y podría ser que en el futuro a largo plazo viésemos una incursión de los microchips chinos en el mercado de la microinformática doméstica, tal vez con una táctica de mercado parecida a la que en su momento aplicó AMD para sus chips de consumo más modestos, o bien con una especialización en portátiles como la que ha ido desarrollando VIA.
El Loongson ya se monta en computadoras (la primera y segunda generación), incluso algunas que llegan a occidente como es el caso del Gdium, el ultraportátil de Emtec que presenta un revolucionario formato sin disco duro y con el sistema operativo, aplicaciones y datos disponibles en una llave USB que debe conectarse a la maquina para que esta funcione.
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